CAUSAS DE MUERTES VIOLENTAS EN PENALES FEMENILES
LA CRÓNICA DE MORELOS. Jueves 21 de noviembre de 2024.
El tema de los suicidios y muertes violentas en penales femeniles, como los de Morelos y Aguascalientes, es un reflejo complejo de múltiples factores tanto internos como externos al sistema penitenciario.
En primer lugar, la salud mental juega un rol crucial. Las mujeres en prisión, especialmente aquellas que han sufrido abusos o violencia antes de su encarcelamiento, son propensas a padecer trastornos mentales como depresión, ansiedad y trastornos de estrés postraumático. La falta de programas adecuados de salud mental dentro de las cárceles puede exacerbar estos problemas, llevando a actos desesperados como el suicidio.
Además, las condiciones carcelarias son un factor determinante. Informes y denuncias han señalado que en penales como el Cefereso 16 en Morelos, las internas enfrentan condiciones de hacinamiento, aislamiento y una severa restricción de actividades recreativas o educativas. El aislamiento prolongado y la falta de estímulos pueden conducir a la desesperanza y al suicidio. La ausencia de atención médica adecuada, especialmente en situaciones de crisis, también contribuye a este fenómeno.
La violencia institucional y la falta de protección contra abusos dentro del sistema penitenciario son otros factores a considerar. Hay reportes de maltrato físico y psicológico por parte de guardias y otros internos, lo que puede empujar a las mujeres a extremos de desesperación. La violencia dentro del penal no solo afecta la salud física, sino que también mina la autoestima y la voluntad de vivir de las reclusas.
Un aspecto menos discutido pero igualmente importante es el impacto de la separación familiar. Muchas mujeres en prisión sienten una profunda sensación de abandono y pérdida de su rol dentro de la familia, lo cual puede ser un detonante para el suicidio. La lejanía de sus seres queridos, sumado a la dificultad para mantener contacto regular debido a las restricciones carcelarias, aumenta el sentimiento de aislamiento.
El estigma social y la falta de reintegración también agravan la situación. Las mujeres que enfrentan condenas largas o que son reincidentes pueden percibir su futuro como desolador, sin oportunidades de reintegración social o laboral tras su liberación. Esta percepción de falta de futuro puede llevar a la pérdida de esperanza.
La falta de investigación y transparencia sobre estos incidentes contribuye a un círculo vicioso de negligencia. Las muertes catalogadas como suicidios a menudo no son investigadas con la diligencia debida, lo que impide abordar y corregir las condiciones que las facilitan. La ausencia de un seguimiento adecuado y la opacidad en la información mantienen a las familias en la incertidumbre y evitan que se tomen medidas preventivas efectivas.