CLAUDIA: LA FORMA ES FONDO
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 2 de octubre de 2024
La presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, Claudia Sheinbaum Pardo, ha sido una política muy cuidadosa con su imagen y su estilo, lo que puede hacer pensar que aplica el dicho “la forma es fondo”. Este dicho, popularizado por Jesús Reyes Heroles, sugiere que, en política, la manera en que se presentan las cosas es tan importante como el contenido en sí.
Sheinbaum ha mantenido un discurso cercano a la gente, con un enfoque técnico y académico, pero sin dejar de lado la sencillez y la empatía en su forma de comunicar. Su estilo directo, pero generalmente calmado y metódico, contrasta con otros políticos que prefieren ser más polémicos o emotivos. Además, en su vestimenta y comportamiento público, se observa un enfoque sobrio, que refleja una imagen de austeridad y responsabilidad, lo que refuerza el mensaje de su administración.
En resumen, la manera en que Claudia Sheinbaum ha gestionado su imagen y su discurso parece alinearse con la idea de que “la forma es fondo”, ya que ambos aspectos están interrelacionados para proyectar coherencia entre sus acciones y su manera de comunicarse.
El saludo entre Claudia Sheinbaum y la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, durante la toma de protesta de la nueva presidenta ante el Congreso de la Unión, ha sido un tema de interés, especialmente por el contexto político y la atención que recibe cualquier gesto entre figuras públicas de alto perfil. En marzo de 2023, un saludo que parecía distante entre Sheinbaum y Piña durante un evento oficial fue ampliamente comentado. En esa ocasión, la entonces jefa de gobierno de la Ciudad de México no saludó de mano a la ministra de manera cálida, lo que muchos interpretaron como una señal de tensión política, ya que había habido desacuerdos públicos sobre temas judiciales y de independencia de poderes.
Allá y entonces, pudo argumentarse que Sheinbaum no aplicó el dicho “la forma es fondo”. El gesto fue interpretado como una expresión visible de las diferencias políticas entre ambas, lo que demostraba cómo un acto aparentemente pequeño puede tener implicaciones simbólicas y políticas profundas.
El hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador no haya saludado ni se haya acercado en la toma de protesta de Claudia Sheinbaum a la ministra presidenta de la Suprema Corte, Norma Piña, ha sido visto como un gesto simbólico que refleja la tensión entre el Poder Ejecutivo federal y el Poder Judicial durante su administración. En particular, el incidente más comentado fue durante la ceremonia del 5 de febrero de 2023, en la conmemoración de la Constitución Mexicana en Querétaro, cuando López Obrador evitó saludarla directamente.
Al no acercarse ni saludar a la ministra, López Obrador transmitió un mensaje claro de desacuerdo y distancia con el Poder Judicial, específicamente con la Corte bajo el liderazgo de Norma Piña, quien ha sido vista como defensora de la independencia judicial. Esto coincide con las críticas constantes de AMLO hacia el Poder Judicial por considerarlo un órgano que protegió intereses contrarios a su proyecto de transformación.
Desde la óptica de “la forma es fondo”, López Obrador claramente utilizó la toma de protesta de Sheinbaum como un gesto deliberado para reforzar su postura crítica frente al Poder Judicial federal. Hubo quienes lo consideraron como una majadería del tabasqueño a la dama, pero esto se comprende a partir del estilo belicoso e irrespetuoso de López Obrador para tratar con muchísimas personas.
En política, la manera en que se interactúa públicamente tiene un fuerte impacto en la percepción del público y en la relación entre instituciones. Al no saludar ni acercarse a Piña, el presidente hizo visible y tangible su descontento, usando la forma (la ausencia de saludo) para transmitir un fondo político y de confrontación.
El gesto de no saludar a la ministra tuvo un contenido implícito claro: subrayar las diferencias y tensiones institucionales entre AMLO y la Suprema Corte bajo el liderazgo de Piña.