Corona Damián revoluciona el Ayuntamiento de Cuautla: ¿Reingeniería o refugio para incondicionales en medio del escándalo?
Cuautla, Morelos.- En un movimiento que huele a desesperación más que a eficiencia, el alcalde Jesús Corona Damián, envuelto en una niebla de acusaciones por presuntos lazos con el crimen organizado, ha sacudido una vez más la estructura administrativa del Ayuntamiento local. Lejos de las promesas de transparencia, estos “ajustes” parecen diseñados para blindar posiciones clave con aliados fieles, mientras las sombras de sus controvertidas gestiones se alargan.
Bajo el pretexto de “fortalecer la institución”, Corona Damián ha recolocado piezas en el tablero burocrático: Ana Moreno Hurtado toma las riendas de la Secretaría Municipal, un puesto que podría servir de escudo ante las investigaciones que lo persiguen; Horacio Zavaleta Malacara se instala en la Oficialía Mayor, responsable de manejar los hilos financieros en tiempos de sospechas; y Laura García Estrada, como nueva directora de Recursos Humanos, queda a cargo de filtrar lealtades en un equipo ya cuestionado por ineficiencias y favoritismos.
El propio alcalde, quien ha negado rotundamente cualquier vínculo con figuras como “El Barbas”, operador del Cártel de Sinaloa, justificó los cambios como fruto de una “revisión integral”. Sin embargo, críticos locales ven en esto no una mejora, sino un intento de reorganizar el caos administrativo que ha marcado su mandato, plagado de bochornos públicos y promesas incumplidas.
“Estamos priorizando la coordinación y la responsabilidad”, proclamó Corona Damián en su defensa, pero sus palabras resuenan huecas ante un historial de escándalos que incluyen reuniones sospechosas y un compromiso público de no endeudar al municipio que muchos dudan que cumpla.
¿Eficiencia o encubrimiento?
La ciudadanía de Cuautla, harta de administraciones que priorizan el survivalismo político sobre el servicio real, espera respuestas concretas, no más malabares organizativos.Con estos nombramientos, el gobierno de Corona Damián no reafirma su dedicación a la transparencia, sino que profundiza la desconfianza: una gestión que, en lugar de acercarse a los morelenses, parece alejarse cada vez más de la rendición de cuentas que tanto necesita este municipio asediado por la inseguridad y la opacidad.
