¡Corona de orgullo: Fátima Bosch, el triunfo que México merece!
LA CRÓNICA DE MORELOS
Viernes 21 de noviembre de 2025
E D I T O R I A L
En un año marcado por desafíos y sombras, México recibe una noticia radiante que ilumina el horizonte: Fátima Bosch, la valiente representante de Tabasco, ha sido coronada Miss Universo 2025 en Bangkok, Tailandia.
Esta joven de 25 años, con su elegancia innata y su determinación inquebrantable, se convierte en la cuarta mexicana en ostentar esta corona mundial, uniéndose a un linaje de mujeres icónicas que han elevado el nombre de nuestro país. Su victoria no es solo un logro personal, sino un bálsamo para una nación que anhela inspiración.
En tiempos donde las buenas nuevas parecen escasas, el grito de “¡Viva México!” de Fátima resuena como un himno de esperanza, recordándonos que el talento y la garra de nuestra gente pueden conquistar el mundo.
Sin embargo, como bien se sabe, el canibalismo interno que aqueja a muchos mexicanos no perdona ni siquiera los momentos de gloria. Apenas coronada, las redes sociales se inundaron de comentarios mezquinos y teorías conspirativas que cuestionan su mérito, desmeritan su belleza o la acusan de favoritismos inexistentes. Este afán destructivo, alimentado por el anonimato digital, revela más sobre la envidia y la inseguridad colectiva que sobre la ganadora.
En lugar de celebrar a una tabasqueña que ha puesto a México en lo más alto, optan por devorarse entre sí, perpetuando un ciclo tóxico que frena nuestro progreso.
Es hora de que, como sociedad, elijamos la empatía sobre la crítica infundada y reconozcamos que el éxito ajeno no nos quita nada, sino que nos enriquece a todos.
Lo que hace aún más admirable a Fátima es su posición férrea ante la ofensa sufrida durante el certamen. Hace apenas semanas, en un evento preliminar, el ejecutivo tailandés Nawat Itsaragrisil la humilló públicamente, tildándola de “tonta” por no participar en ciertas actividades promocionales, lo que desató una protesta masiva de concursantes que abandonaron el lugar en solidaridad.
Lejos de doblegarse, Bosch alzó la voz con dignidad, declarando que “si algo atenta contra tu dignidad, debes irte”. Esta respuesta no solo expuso las dinámicas tóxicas en la organización, sino que inspiró a miles, incluyendo a nuestra presidenta Claudia Sheinbaum, quien la elogió como ejemplo de empoderamiento femenino. Nadie debe escatimar aplausos a esta mujer que convirtió la adversidad en un catalizador de cambio.
En conclusión, el triunfo de Fátima Bosch trasciende la pasarela: es un llamado a la unidad, al respeto y a la celebración colectiva. México, urgido de heroínas que no solo brillen, sino que iluminen el camino para otras, encuentra en ella un faro de autenticidad y coraje.
Que esta corona sea el inicio de una era donde levantemos la voz contra las injusticias, tanto internas como externas, y donde el orgullo nacional sea el antídoto contra nuestras divisiones.
¡Felicidades, Fátima! Tu luz no solo adorna el mundo, sino que nos recuerda lo grande que podemos ser cuando nos unimos.
