CUERNAVACA: CALLES EN RUINAS Y REPARACIONES EFÍMERAS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 5 de septiembre de 2025
En Cuernavaca, el deterioro de las calles es un problema que no da tregua. Según un cálculo conservador compartido por un experto en urbanismo, por cada calle que el Ayuntamiento repara, al menos 50 permanecen en mal o muy mal estado. Esta proporción refleja una crisis de infraestructura que no solo afecta la movilidad, sino también la calidad de vida de los ciudadanos.
Baches, grietas y pavimentos destrozados son parte del paisaje cotidiano, evidenciando una gestión deficiente y falta de planeación a largo plazo. Las reparaciones, cuando ocurren, parecen ser más un paliativo que una solución. Muchas calles “arregladas” recientemente no han resistido las intensas lluvias que azotan la ciudad, quedando destruidas en poco tiempo. Esto apunta a un problema grave: el uso de materiales de baja calidad y procesos de reparación mal ejecutados. La evidencia está en el asfalto que se deshace como cartón mojado o en las banquetas que se agrietan tras un aguacero. Estas intervenciones, lejos de ser sostenibles, representan un desperdicio de recursos públicos y una burla para los contribuyentes.
La falta de mantenimiento preventivo agrava la situación. En lugar de abordar el problema de raíz con proyectos integrales, el Ayuntamiento opta por soluciones superficiales que no resisten el paso del tiempo ni las inclemencias del clima. La ausencia de una estrategia clara para priorizar las vialidades más críticas, sumada a la opacidad en el uso de los recursos destinados a obra pública, genera desconfianza. Los ciudadanos se preguntan: ¿dónde está el dinero destinado a la infraestructura? ¿Por qué las reparaciones no duran?
Resolver esta crisis requiere un enfoque serio y transparente. Es imperativo que el gobierno municipal invierta en materiales de calidad, supervise rigurosamente los procesos constructivos y desarrolle un plan de mantenimiento continuo. Además, la participación ciudadana podría ser clave para identificar las calles más urgentes y fiscalizar los proyectos. Cuernavaca merece un sistema de vialidades digno, no parches temporales que se desvanecen con la lluvia. La ciudad no puede seguir transitando sobre promesas rotas y asfalto deshecho.