CUERNAVACA: CUANDO EL BANCO TE ROBA LA TRANQUILIDAD
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 25 de noviembre de 2025
En las últimas semanas, Cuernavaca ha vuelto a ser noticia por el aumento alarmante de asaltos a mano armada contra cuentahabientes que acaban de retirar fuertes sumas de dinero en efectivo. Los delincuentes actúan con precisión quirúrgica: saben exactamente cuánto lleva la víctima, el modelo del coche y hasta la ruta que tomará al salir de la sucursal. No es casualidad. Fuentes extraoficiales y testimonios de afectados apuntan a una realidad que indigna: empleados bancarios corruptos estarían filtrando la información a las bandas.
Cientos de miles de pesos se evaporan en minutos y las víctimas, además del trauma, enfrentan la indiferencia de instituciones que deberían protegerlas.
Peor aún, la policía municipal brilla por su ausencia o, cuando aparece, lo hace tarde y sin resultados. ¿Pero y la Guardia Nacional? ¡Por favor, no hagan bromas! Los atracadores huyen sin mayor complicación, como si contaran con un salvoconducto invisible.
A estas alturas ya no suena descabellado lo que muchos murmuran en voz baja: que algunos “guardianes del orden” forman parte del engranaje delictivo o, en el mejor de los casos, prefieren mirar hacia otro lado. Los jefes policiacos presumen que sus elementos “están disponibles” si el cliente pide escolta… ¿en serio? ¿Y de qué sabor quieres tu nieve? La confianza en la corporación está por los suelos y nadie en su sano juicio va a avisar con anticipación que lleva un maletín lleno de billetes.
Ante este panorama, la prevención depende casi exclusivamente de uno mismo. Si es absolutamente necesario retirar efectivo de gran cantidad, hazlo en horarios poco concurridos y nunca el mismo día ni la misma sucursal de forma predecible. Llega en transporte público o taxi de aplicación y sal de la misma manera; evita usar tu propio vehículo, porque ese es el primer dato que filtran. Divide el dinero en varios sobres y guárdalos en diferentes partes del cuerpo o bolsa; si te asaltan, entrega solo una parte y reduce la pérdida. Lleva contigo un celular secundario con GPS activo para que alguien de confianza pueda rastrearte en tiempo real.
Finalmente, considera alternativas que minimicen el riesgo: pide que el banco emita cheques de caja o realice transferencias electrónicas directas al destino final del dinero. Si no hay más remedio que llevar efectivo, coordina con dos o tres personas de absoluta confianza que te acompañen en vehículos distintos y tomen rutas alternas; los delincuentes difícilmente siguen a tres coches al mismo tiempo.
Y ni se te ocurra aceptar la “escolta” oficial que ofrecen con sonrisa de comercial: en el Cuernavaca de hoy, la única protección real es la que tú mismo te organices.
Mientras bancos y autoridades se culpan mutuamente en comunicados tibios, el ciudadano de a pie sigue siendo el único que paga –literalmente– el precio de una seguridad que solo existe en el membrete. Sacar dinero del banco se ha convertido en un deporte de alto riesgo. ¡Aguas! Siempre tenemos que andar a las vivas.
