CUERNAVACA: MENOS APLAUSOS AL ALCALDE Y MÁS BILLETES EN LA MESA
LA CRÓNICA DE MORELOS
Lunes 15 de diciembre de 2025
E D I T O R I A L
Exigir heroicidad a una policía municipal raquítica mientras su homóloga estatal y la Guardia Nacional hacen el trabajo pesado es demagogia disfrazada de firmeza. El alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, puede reunir a sus mandos (como lo hizo el viernes anterior) todas las semanas y hablar de “disciplina y eficacia”, pero con 480 elementos para cubrir una ciudad compleja y violenta no está pidiendo resultados: está pidiendo milagros. Sin un solo peso extra en cámaras funcionales, patrullas nuevas o salarios que retengan talento, sus mesas de trabajo son puro teatro ante una ciudadanía harta de promesas.
La única salida digna es que el presidente municipal deje de posar de general y se ponga el overol de gestor: viajar a la Ciudad de México las veces que haga falta, golpear escritorios y traer recursos extraordinarios etiquetados para seguridad. Si no lo hace, que no nos venda más discursos de mano dura; que admita con honestidad que Cuernavaca seguirá dependiendo de la benevolencia federal y estatal mientras la delincuencia se ríe de nuestras cámaras descompuestas y de nuestras patrullas oxidadas.
Y que nadie se confunda: la inseguridad no se combate con voluntarismo ni con fotos en redes sociales. Se combate con presupuesto, con tecnología que funcione y con policías que no deserten al primer mes por sueldos miserables. Hasta que el alcalde regrese con maletines llenos de millones —y no de buenas intenciones— todo lo demás es ruido que la delincuencia agradece.
