CUERNAVACA: PARRILLA EN EL AIRE, BASURA EN EL SUELO Y UN ALCALDE EN LAS NUBES
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 17 de marzo de 2025
El gobierno de Morelos, bajo el mando de Margarita González Saravia, está poniendo el acelerador a fondo para rescatar la imagen de un estado que ha cargado demasiado tiempo con el estigma de la violencia. La inauguración del Campeonato Nacional de Parrilla en Cuernavaca, realizado este fin de semana, es una muestra de ese esfuerzo: un evento vibrante, lleno de aromas y sabores, que prometía atraer a más de cinco mil visitantes y dejar una derrama económica superior a los 4.5 millones de pesos. Se trató de una apuesta valiente por el turismo, un intento genuino de mostrar al mundo que Morelos tiene más que ofrecer que titulares sangrientos. La gobernadora, al menos, parece entender que la recuperación del estado pasa por estas alianzas con el sector privado y por eventos que pongan el reflector en lo positivo.
Pero mientras nuestra mandataria se juega el todo por el todo, en Cuernavaca el alcalde José Luis Urióstegui vive dentro de una burbuja de fantasía que apesta más que la basura acumulada en las calles. Sí, ahí estaba él, impecable en la inauguración del campeonato, cortando listones y sonriendo para la foto como si todo estuviera en orden. ¿Y por qué no? En su mundo de espejismos, Cuernavaca es una postal perfecta, un destino turístico impecable donde el agua fluye cristalina y los servicios públicos son un reloj suizo. La realidad, claro, es otra: la ciudad se ahoga en desechos, el agua potable es un lujo que llega a cuentagotas (o no llega) y las calles parecen gritar lo que el alcalde se niega a escuchar.
No se puede culpar a la gobernadora por los delirios de Urióstegui. Ella está tratando de vender una ciudad y un Morelos renovados, pero su visión se estrella contra la abulia e indiferencia de un edil que prefiere posar que gobernar. ¿De qué sirve una parrillada nacional si los visitantes tienen que esquivar montones de basura para llegar al evento? ¿Qué clase de bienvenida es esa? El contraste es brutal: mientras el estado busca levantarse, Cuernavaca se hunde en la negligencia de un alcalde que confunde reflectores con resultados.
Si Morelos quiere ser el destino que propugna Margarita, Urióstegui necesita bajarse de su nube y ensuciarse las manos. La gobernadora no puede hacerlo todo sola; el cambio empieza en las calles, no en las fotos. Hasta entonces, el único humo que importa no es el de la parrilla, sino el que el alcalde sigue soplando para tapar su propia incapacidad.
Y no es solo una cuestión de percepción: los números pintan un panorama sombrío para Cuernavaca. En años recientes, la incidencia delictiva en la capital ha mostrado tendencias preocupantes. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en 2023, delitos como el homicidio doloso, el robo de vehículos y la extorsión registraron alzas significativas, con un repunte notable en los primeros nueve meses del año. Aunque hubo una ligera disminución en robos a negocios, la violencia familiar y los delitos patrimoniales siguen castigando a la población.
Este 2025, con eventos como el Campeonato de Parrilla, la ciudad tiene una oportunidad de oro para brillar, pero mientras Urióstegui siga flotando en su fantasía, Cuernavaca seguirá atrapada entre el potencial turístico y una realidad que no miente.