Deja Ernesto Gómez Cruz enorme legado profesional, con más de 200 créditos en cine, teatro y televisión
Referente del cine mexicano contemporáneo, el actor Ernesto Gómez Cruz dejó de existir a los 90 años tras diversos problemas de salud que padecía de tiempo atrás.
En su legado profesional están más de 200 créditos entre cine, teatro y TV, y memorables películas, como Los Caifanes, El Callejón de los Milagros, El Imperio de la Fortuna, El Crimen del Padre Amaro, Canoa, Cascabel, Actas de Marusia y El Infierno, por mencionar tan sólo algunas.
Nacido en Veracruz el 7 de noviembre de 1933, el actor fue ejemplo de dedicación y sacrificio, pues su amor por el arte lo llevó a conseguir una beca para trasladarse a la Ciudad de México y estudiar en el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), con apenas instrucción primaria y secundaria.
Por su interpretación de “El Azteca” en Los Caifanes, de Juan Ibáñez, obtuvo una Diosa de Plata. Era su debut actoral en cine.
“Para mí ese reconocimiento fue muy bonito, pero me empujó a entregarme de lleno a cada personaje”, contó el actor a Gente en una entrevista realizada previo al estreno de La Ley de Herodes, de Luis Estrada, cinta que anunció el fin del PRI como partido dominante en México.
Trabajó con prácticamente todos los directores y actores más reputados de su tiempo y fue acreedor a siete premios Ariel a lo mejor del cine nacional, entre ellos el Ariel de Oro, en 2014.
“Siempre he estado agradecido con las oportunidades que me han dado muchos directores, como Cazals, (Miguel) Littin, Arturo Ripstein, Jorge Fons… tantos que fueron muy generosos al concederme personajes complejos que me obligaron a dar más.
“Soy un actor, creo, disciplinado, y me gusta escuchar a mis compañeros actores y a los directores. Admiro a muchos compañeros, y me gusta corresponderles en un set o en un escenario”, sostuvo en otro encuentro con Gente, ahora en 2010, con motivo del controvertido estreno de El Infierno, de Luis Estrada, sátira sobre la proliferación del narco en el País.
Para Gómez Cruz nunca hubo un personaje pequeño, decía que quien medía el trabajo actoral por duración de un personaje solía tener un desempeño condicionado.
“Yo disfruto hacer cine, televisión o teatro. Por supuesto, esto es un oficio, yo vivo de él, pero he rechazado cosas que no me gustan o que simplemente no me emocionan”, resaltó.
En los últimos años, de casi retiro por motivos de salud, seguía recibiendo propuestas para hacer cine.
Sus últimas actuaciones fueron en las telenovelas Mi Adorable Maldición, En Tierras Salvajes y Por Amar sin Ley.
En la década de los 90, en llamada época del “Nuevo Cine Mexicano“, Gómez Cruz fue parte de un grupo de figuras, como Daniel Giménez Cacho, Luis Felipe Tovar y María Rojo, entre otros, que con tal de apoyar la realización de filmes, en medio de una crisis económica terrible, sacrificó parte de su salario para la producción.
“No me gusta hablar de eso, porque en su momento se malinterpretó, decían que nos quejábamos, y hasta en los medios decían que sólo llamaban para hacer cine a los mismos actores, pero no cualquiera aceptaba ciertas negociaciones”.
Trabajó con prácticamente todos los directores y actores más reputados de su tiempo y fue acreedor a siete premios Ariel a lo mejor del cine nacional, entre ellos el Ariel de Oro, en 2014.
“Siempre he estado agradecido con las oportunidades que me han dado muchos directores, como Cazals, (Miguel) Littin, Arturo Ripstein, Jorge Fons… tantos que fueron muy generosos al concederme personajes complejos que me obligaron a dar más.
“Soy un actor, creo, disciplinado, y me gusta escuchar a mis compañeros actores y a los directores. Admiro a muchos compañeros, y me gusta corresponderles en un set o en un escenario”, sostuvo en otro encuentro con Gente, ahora en 2010, con motivo del controvertido estreno de El Infierno, de Luis Estrada, sátira sobre la proliferación del narco en el País.
Para Gómez Cruz nunca hubo un personaje pequeño, decía que quien medía el trabajo actoral por duración de un personaje solía tener un desempeño condicionado.
“Yo disfruto hacer cine, televisión o teatro. Por supuesto, esto es un oficio, yo vivo de él, pero he rechazado cosas que no me gustan o que simplemente no me emocionan”, resaltó.
En los últimos años, de casi retiro por motivos de salud, seguía recibiendo propuestas para hacer cine.
Sus últimas actuaciones fueron en las telenovelas Mi Adorable Maldición, En Tierras Salvajes y Por Amar sin Ley.
En la década de los 90, en llamada época del “Nuevo Cine Mexicano“, Gómez Cruz fue parte de un grupo de figuras, como Daniel Giménez Cacho, Luis Felipe Tovar y María Rojo, entre otros, que con tal de apoyar la realización de filmes, en medio de una crisis económica terrible, sacrificó parte de su salario para la producción.
“No me gusta hablar de eso, porque en su momento se malinterpretó, decían que nos quejábamos, y hasta en los medios decían que sólo llamaban para hacer cine a los mismos actores, pero no cualquiera aceptaba ciertas negociaciones”.
Fuente: Reforma