DELITOS PATRIMONIALES Y LA ECONOMÍA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 5 de marzo de 2024
En cada actualización hecha mes a mes por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) sobre la incidencia delictiva de nuestro país y por cada entidad federativa, he reiterado que los delitos patrimoniales siguen encabezando las tendencias criminales.
El robo en sus distintas modalidades es el que mayor sensación de indefensión, inseguridad y coraje propicia entre los ciudadanos, pues a nadie agrada que lo despojen de sus pertenencias, adquiridas mediante grandes esfuerzos por el grueso de la población. Sin embargo, lo peor para el presente año todavía no aparece, gentiles lectores.
Visto ya el escenario delictivo y sus causas, el pronóstico para los delitos patrimoniales durante el resto de 2024 no es halagüeño. Para reafirmar lo antes dicho es necesario que recurramos a una investigación aplicada hace varios años, con relación al robo en la zona metropolitana de la Ciudad de México, por el Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE). Según se deduce del citado trabajo, cuyo modelo aplica hoy en día, dentro del contexto económico nacional no se avizora un contexto favorable debido a dos factores: el primero es macroeconómico y el segundo inercial. La razón macroeconómica es que los delitos están fuerte y linealmente correlacionados con la inflación.
Dice el CIDE:
“La correlación no es simultánea, sino que está sujeta a una temporalidad o un efecto retrasado. Los aumentos en los delitos patrimoniales se asocian con incrementos en los precios de los bienes y servicios, tanto en los tres, seis, nueve y doce meses previos. Dicho de otra manera, si la inflación aumenta este mes, se verá un incremento también en el número de robos a transeúnte y casa habitación (en términos de carpetas de investigación) al menos en los tres meses siguientes, y posiblemente en adelante para el resto del año. Pero viene luego la segunda razón: la inercia de la actividad delictiva. Los incrementos en la actividad delictiva agregada son normalmente rápidos y los decrementos lentos”.
Aquí yo quisiera agregar que existen otros factores que contribuyen al incremento del robo y son la falta de prevención por parte de los ciudadanos, pero sobre todo el clima de impunidad derivado de las inexistentes indagatorias a cargo de la Fiscalía General del Estado.
Y también aparece lo peor: la red de complicidades entre malos elementos policíacos y las células dedicadas al robo. Casi siempre los ladrones son los mismos, quienes obtienen su libertad debido a las deficientes investigaciones del Ministerio Público. En la legislación penal de Morelos las sanciones para el robo son altas en sus variantes más graves (verbigracia el robo con violencia), pero la recurrencia del delito se debe a todo lo antes expuesto. Es un asunto multifactorial, donde también interviene la falta de empleo entre miles de jóvenes, los salarios mal pagados, pero sobre todo la falta de castigo.