¿Día de los Muertos o de los Santos Difuntos?
LA CRÓNICA DE MORELOS. Jueves 31 de octubre de 2024.
El Día de los Muertos es una celebración única en la cultura mexicana que rinde homenaje a los seres queridos que han partido. Esta festividad, que se lleva a cabo entre el 1 y 2 de noviembre, combina tradiciones indígenas con elementos cristianos, creando un ritual colorido y profundo para recordar a los muertos. Durante estas fechas, es común ver altares decorados con flores de cempasúchil, calaveras de azúcar y las fotografías de familiares fallecidos. Las familias preparan ofrendas con los platillos y objetos favoritos de sus difuntos, creyendo que sus espíritus regresan para disfrutar de estos regalos y convivir de manera simbólica con los vivos.
La festividad tiene profundas raíces en las culturas mesoamericanas, que ya honraban a sus muertos antes de la llegada de los españoles. Estas culturas veían la muerte no como un fin absoluto, sino como una transición hacia otra etapa de existencia. Con la llegada del catolicismo, esta visión fue complementada con el concepto cristiano del alma, y la celebración indígena se fusionó con el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos, adaptándose y perdurando a lo largo de los siglos.
Hoy en día, el Día de los Muertos es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, y representa la diversidad cultural y la riqueza de la identidad mexicana.
Por otro lado, el Día de los Santos Difuntos, celebrado específicamente el 2 de noviembre, tiene un enfoque más religioso y está dedicado a honrar a todos aquellos fieles que han fallecido y se encuentran en proceso de alcanzar la salvación. En la tradición católica, esta fecha se reserva para pedir por el descanso de las almas y se diferencia del Día de Todos los Santos, el cual se celebra el 1 de noviembre y está dedicado a los santos canonizados. En este contexto, la festividad no incluye altares festivos ni elementos folclóricos, sino misas y oraciones en los cementerios, donde los familiares asisten para rendir tributo a los que ya no están.
Ambas celebraciones, aunque diferentes, convergen en el mismo propósito: recordar y honrar a quienes ya no están presentes. Sin embargo, el Día de los Muertos sobresale por su carácter festivo y su simbolismo profundo en la cultura popular mexicana, mientras que el Día de los Santos Difuntos mantiene una connotación más sobria y religiosa. Juntas, estas fechas reflejan la mezcla de creencias y la riqueza cultural de México.
CELEBRACIONES EN EL ESTADO DE MORELOS
En el estado de Morelos, las celebraciones del Día de los Muertos se viven con una mezcla de tradiciones populares y rituales familiares profundamente arraigados. En muchas comunidades, como Tepoztlán, Ocotepec y Xochitepec, se preparan altares decorados con flores de cempasúchil, veladoras y calaveras de azúcar, junto con ofrendas de alimentos y bebidas favoritas de los difuntos. Ocotepec destaca por su “Muestra de Ofrendas”, donde las familias abren sus casas a los visitantes para mostrar sus altares, especialmente cuando se honra a alguien que falleció en el último año. Este evento atrae a cientos de personas y se convierte en un recorrido cultural donde los visitantes pueden experimentar el respeto y la devoción de las familias hacia las personas fallecidas.
En los panteones de Morelos es común ver a las familias reunidas en las tumbas de sus difuntos el 1 y 2 de noviembre. A diferencia del ambiente festivo de los altares en casa, en el cementerio prevalece una atmósfera solemne donde los familiares limpian y decoran las tumbas con flores, y llevan música o actuaciones rezos en memoria de sus seres queridos. Las celebraciones en Morelos, por lo tanto, capturan tanto la esencia del Día de los Muertos como del Día de los Santos Difuntos, uniendo la festividad y el respeto en una manifestación que representa la rica herencia cultural mexicana.