Dos impactos de bala en la cabeza durante “práctica de tiro”; detienen a sargento por asesinato de joven agente de la Guardia Nacional en Acapulco
Acapulco, Guerrero, 18 de octubre de 2025 – La familia de Stephany Carmona Rojas, la agente de 19 años de la Guardia Nacional (GN) originaria de Ajalpan, Puebla, exige justicia tras su muerte violenta el pasado martes 14 de octubre en las instalaciones del 51º Batallón de la corporación en Acapulco.
Aunque la versión oficial apuntó a un “accidente” durante una práctica de tiro, peritajes revelan dos disparos en la cabeza como causa del deceso, y este viernes se reportó la detención del principal sospechoso: el sargento segundo Yair Manuel Ramírez de la Cruz, su instructor y acusado previo de acoso.
El caso, que ha desatado protestas feministas y demandas de transparencia en las fuerzas armadas, expone un presunto patrón de hostigamiento contra mujeres en la GN.
Stephany, quien ingresó a la corporación hace apenas unos meses, había denunciado acoso laboral y sexual por parte de compañeros, incluyendo humillaciones y amenazas de represalias. En mensajes enviados a una amiga horas antes de su muerte, relató gritos, agresiones verbales y advertencias de que podría ser arrestada si insistía en sus quejas formales (“partes”) ante el batallón.
“Me humillan, me gritan… si sigo denunciando, me van a meter presa”, escribió la joven, según testimonios recopilados por sus allegados.
La tragedia ocurrió durante la noche del 14 de octubre en el cuartel militar. La madre de Stephany, María Fernanda Carmona, recibió una llamada de la GN informándole que su hija estaba gravemente herida y sometida a cirugía en el Hospital Naval Militar de Acapulco. Sin embargo, al llegar al nosocomio, encontró el cuerpo de la agente dentro de una bolsa negra, almacenado en una bodega, con dos impactos de bala en la cabeza.
“No era un accidente, la mataron. ¿Cómo explican dos balazos en la sien durante una práctica?”, cuestionó Fernanda en una entrevista con medios locales, rechazando categóricamente la narrativa oficial de la corporación.
Fuentes de la Fiscalía General del Estado de Guerrero confirmaron que el sargento Ramírez de la Cruz, de 28 años y asignado como instructor de tiro, es el principal implicado. Testigos oculares aseguran que el militar disparó contra Stephany y huyó del lugar sin ser interceptado por el personal de seguridad del batallón. Tras dos días prófugo, con operativos en terminales y aeropuertos, Ramírez fue capturado este viernes alrededor de las 10:20 horas en la zona de Llano Largo, Acapulco. Será trasladado a una prisión federal en la Ciudad de México para enfrentar cargos por feminicidio con perspectiva de género ante instancias militares, aunque no se han reportado cómplices adicionales hasta el momento.
La GN y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) guardan silencio oficial sobre el caso, pese a las presiones de la familia y colectivos feministas, quienes impulsaron el hashtag #JusticiaParaStephany en redes sociales. El funeral de Stephany se realizó el jueves 17 de octubre en su natal Ajalpan, donde cientos de personas rindieron homenaje con una vigilia. Ese mismo día, el Pleno de la Cámara de Diputados guardó un minuto de silencio en su memoria, y el gobierno municipal poblano exigió una investigación exhaustiva para esclarecer no solo el homicidio, sino las denuncias previas de acoso que quedaron impunes.
Compañeras de Stephany han denunciado un ambiente de impunidad en el batallón, con casos similares de hostigamiento contra mujeres que no prosperan en investigaciones internas. “Esto no puede quedar en un ‘accidente’. Exigimos que se investigue el acoso sistemático para proteger a las demás”, afirmó una activista de un colectivo feminista en Guerrero durante una marcha el miércoles.
El expediente permanece abierto, con peritajes balísticos en curso. Mientras la familia espera respuestas, el caso de Stephany Carmona Rojas se convierte en un símbolo de la vulnerabilidad de las mujeres en uniformes y la urgencia de reformas en las fuerzas armadas mexicanas.