EBRARD: HACER EL RIDÍCULO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 7 de septiembre de 2023
No recuerdo la fecha exacta, pero en algún momento de 1988 platiqué con el inolvidable ex gobernador de Morelos, Lauro Ortega Martínez, quien analizó lo que allá y entonces estaba ocurriendo alrededor de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, hijo del “Tata Lázaro”. Atrás habían quedado las multitudinarias manifestaciones a cuyo frente se colocó el michoacano. Varias veces lo vimos en Morelos, particularmente en Cuautla y otros municipios de la zona oriente, cuyas calles se convirtieron en ríos de gente. Lo mismo pasó en la Ciudad de México, donde miles y miles de ciudadanos apoyaron a dicho personaje. Repetidamente abarrotó la Plaza de la Constitución, tal como en tiempos recientes lo han hecho López Obrador y organizaciones de la sociedad civil.
Me dijo don Lauro:
“Cuauhtémoc Cárdenas tenía el suficiente respaldo social para meterse al Palacio Nacional y pasar a la historia como el hombre que se atrevió a desafiar al gobierno y, desde luego, al PRI. Pero no lo hizo y prefirió ir a España a llorar, a hacer el ridículo. No es lo mismo el hijo que el padre y puedo garantizarle que Cuauhtémoc nunca será presidente de la República”.
El resto de la historia es de sobra conocido: Carlos Salinas de Gortari llegó a la primera magistratura del país y Cuauhtémoc se quedó chiflando en la loma.
El galeno de Xochitepec, todavía recordado como uno de los mejores gobernadores de Morelos, no se equivocó. Cárdenas Solórzano nunca fue presidente de México y prefirió deambular de un lado a otro en procesos electorales y en ciertas coyunturas nacionales posteriores. En años recientes lo ha ridiculizado Andrés Manuel López Obrador con su desdén. ¿Tiene un lugar ganado en la historia de nuestro país? Sí, como alguien que contribuyó a la transición democrática del año 2000, cuando el panista Vicente Fox (ningún perredista lo hizo) sacó al PRI de Los Pinos. Tampoco tuvo que ver con el ascenso al poder de López Obrador, quien prefirió independizarse del hijo del “Tata Lázaro” y fundar el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Todo lo anterior es el preámbulo para comentar que el ex canciller Marcelo Ebrard Casaubón está haciendo el ridículo tras la victoria lograda por Claudia Sheinbaum Pardo, ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, para convertirse en coordinadora de la defensa de la Cuarta Transformación a nivel nacional lo cual, en términos reales y prácticos, equivale a ser la candidata de Morena a la presidencia de la República.
El mismísimo López Obrador convalidó a Sheinbaum durante la conferencia mañanera de este jueves y, aunque tuvo expresiones en favor de Ebrard, realmente desdeñó las protestas del ex canciller y su equipo. La tarde de este jueves se programó la entrega del “bastón de mando” de la 4T a Claudia Sheinbaum. Y a otra cosa mariposa. Marcelo se quedará con su entripado. Se percibe inviable que vaya a contender por la presidencia de la República a través de Movimiento Ciudadano, que sin duda respaldará a la señora Sheinbaum, y tampoco es viable su participación en la contienda por la vía independiente.
En resumen: está haciendo el ridículo, dando sus últimas patadas de ahogado para salvar las apariencias tras la derrota. Ha afirmado, en múltiples entrevistas, que no busca chamba en otro lado, asegurando, además, que estará en las boletas el 2 de junio del año próximo. Desde luego, tales expresiones son parte de su gran coraje. No supo perder. Asimismo, debe comenzar a asimilar que aquello de “no robar, no mentir y no traicionar” no es la premisa de AMLO, quien le asestó tremenda puñalada a pesar de que, desde el gobierno de la Ciudad de México, lo financió durante seis años. Amigos, amigos, amigos, lo que se dice súper amigos, no lo son. La traición se le da fácilmente al tabasqueño.
Por lo demás, hace cuatro años supimos que la candidata a relevar a López Obrador sería Claudia Sheinbaum. Siempre fue la favorita del hombre nacido en Macuspana, porque la dama representa la continuidad de la Cuarta Transformación sin moverle un ápice. El presidente engañó a los mexicanos con la verdad y puso a disposición de la ex jefa de gobierno el respaldo absoluto del estado mexicano. Todos los recursos empleados durante varios años por Claudia Sheinbaum provinieron de las arcas oficiales. Las encuestas de Morena fueron un montaje tendiente a encubrir el dedazo presidencial. Y lo mismo sucederá en la campaña para alzarse con la victoria el 2 de junio de 2024. Desde siempre operaron a su favor 23 gobernadores, tal como se repetirá en el proceso electoral venidero. Difícilmente AMLO soltará el poder que tantísimo trabajo le costó conseguir.
Ahora vienen momentos interesantes en torno a la designación de miles de candidatos a gobernadores (serán nueve las gubernaturas a disputarse en 2024, incluida la de Morelos), senadores, diputados federales, diputados locales y miembros de ayuntamientos. En Morelos se cree, muy mal, que las designaciones correrán a cargo de Claudia Sheinbaum… siempre y cuando el presidente López Obrador le conceda esa potestad. Sin embargo, conociendo al macuspano, no soltará tan fácilmente tan relevantes decisiones. Los “cuadros” más destacados de Morena en nuestra entidad deben tener cuidado y no exagerar sus adhesiones a Claudia Sheinbaum. El presidente sigue siendo AMLO, quien decidirá si alguien es incorporado o no a la encuesta venidera para elegir a la candidata o candidato al cargo que hoy ocupa Cuauhtémoc Blanco Bravo.