Ejecución de “El Ave”: otro golpe en la sangrienta disputa por el control de Cuernavaca
Cuernavaca, la capital de Morelos, ha sido escenario de una escalada de violencia criminal en los últimos meses de 2025, impulsada por la feroz rivalidad entre grupos delictivos como La Familia Michoacana y Los Mayas, que luchan por dominar el territorio mediante extorsiones, narcotráfico y secuestros.
Esta pugna ha dejado un rastro de ejecuciones de líderes y operadores clave, como el abatimiento de “El Wicho”, un presunto alto mando de La Familia Michoacana en junio, y detenciones como la de “El Negro” en marzo, lo que evidencia la inestabilidad en la zona metropolitana.
En este contexto de balaceras y venganzas, la ciudad registra un aumento en ataques armados en áreas céntricas y residenciales, afectando la seguridad diaria de sus habitantes.
Durante la noche de este jueves, la criminalidad volvió a azotar Cuernavaca con el asesinato de Alejandro “N”, alias “El Ave”, un operador de alto perfil en el submundo local. Fuentes extraoficiales indican que “El Ave” actuaba como lugarteniente directo de un capo de la zona conocida como los Patios de la Estación, vinculado a la rama de La Familia Michoacana, un cártel dedicado al tráfico de drogas y delitos conexos. En el mismo incidente, otra persona sin identificar también falleció.
De acuerdo con reportes preliminares, este individuo estaría relacionado con la misma organización y fue eliminado a tiros por un grupo armado mientras viajaba en un Jetta negro A6 GLI, frente a un establecimiento en la calle Carlos Cuaglia.
El suceso ocurrió cerca de las 19:00 horas, justo al ingresar a la Avenida Adolfo López Mateos, una vía principal de la capital morelense. Testigos oculares relatan que los atacantes, en autos sin placas visibles, bloquearon la ruta de la víctima y abrieron fuego indiscriminado, dejando el vehículo perforado por impactos y el cadáver de “El Ave” dentro de él.
Como uno de los sicarios más notorios de la facción que controla partes de Cuernavaca y Morelos, “El Ave” participaba en operaciones de intimidación a negocios, plagios relámpago, exigencia de cuotas y venta de estupefacientes, contribuyendo al clima de terror que permea la región.