EL ABANDONADO PARQUE VEHICULAR DEL SECTOR PÚBLICO: SU IMPACTO FINANCIERO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 23 de diciembre de 2024
El manejo del parque vehicular por parte del gobierno de Morelos ha sido un tema de preocupación en los últimos años, especialmente debido al envejecimiento de las unidades y las políticas de austeridad que limitan su mantenimiento.
Los vehículos oficiales, incluidas patrullas y motocicletas, se encuentran en condiciones que a menudo no permiten su reparación, llevando a su abandono y generando un impacto significativo en el erario público. Para darse una pequeña idea sobre el grave perjuicio, gentiles lectores, desde la autopista hacia Acapulco observen el abandono de decenas de unidades de la extinta Comisión Estatal de Seguridad, y nos darán la razón. Ni hablar sobre otros espacios saturados de vehículos abandonados.
Esta situación no solo representa una pérdida de inversión inicial sino también costos adicionales por almacenamiento y gestión de desechos, cuestionando la eficacia de las políticas actuales en el manejo de bienes públicos.
Según reportes recientes, el parque vehicular del gobierno de Morelos no se encuentra en buenas condiciones. Unas unidades, como patrullas y motocicletas, están operativas al 60 por ciento, con algunas de ellas teniendo entre 8 y 12 años de antigüedad. Esta situación se ha mencionado como consecuencia de las políticas de austeridad implementadas, que afectan la capacidad de mantener y actualizar el parque vehicular.
En cuanto al daño al erario, no hay cifras exactas específicas para Morelos en los resultados disponibles, pero se puede inferir por prácticas comunes en México. Vehículos abandonados por el gobierno pueden representar una pérdida significativa debido a varios factores. Desglosemos.
Mantener vehículos en corralones o depósitos puede implicar costos de almacenamiento y mantenimiento mínimo, aunque estos vehículos ya no sean funcionales.
En lugares como Jalisco, se ha reportado que vehículos abandonados son eventualmente vendidos como chatarra, aunque no siempre al mejor precio, lo que significa una recuperación parcial de los costos iniciales.
Los vehículos que no pueden ser reparados y que son abandonados representan una inversión perdida para el erario público, ya que los fondos utilizados para su compra no generan más valor ni servicio al estado.
Existen programas de chatarrización en distintas regiones de México, como el Estado de México y Ciudad de México, donde vehículos abandonados o muy viejos son destruidos, y los materiales se reciclan o venden. Estos programas tienen como objetivo reducir tanto el impacto ambiental como el costo de mantener vehículos inservibles en depósitos, aunque no se especifica en los resultados actuales cómo se maneja este proceso en Morelos.
En resumen, aunque no se presentan datos específicos para Morelos sobre los costos directos de los vehículos abandonados, es evidente que el mantenimiento de un parque vehicular envejecido y la disposición de vehículos inservibles siempre tendrá un impacto negativo significativo en el erario público.