EL CIERRE DE NISSAN EN CIVAC: MARGARITA GONZÁLEZ SARAVIA Y LA ANTICIPACIÓN A UNA CRISIS ANUNCIADA
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 31 de julio de 2025
El cierre de la planta armadora de Nissan en CIVAC, Morelos, anunciado para marzo de 2026, representará un golpe significativo para la economía regional. La gobernadora Margarita González Saravia ha tomado una postura proactiva al reunirse este miércoles con directivos de Nissan Mexicana para diseñar una ruta de trabajo conjunta que mitigue el impacto de esta decisión.
La estrategia de la mandataria, centrada en proteger los derechos laborales de los aproximadamente 2,400 a 3,500 trabajadores directos afectados, así como en buscar alternativas de empleo, refleja una actitud responsable frente a un proceso que podría desencadenar conflictos sociales y políticos. Este enfoque anticipatorio es no solo correcto, sino necesario, dado el peso económico de la planta, que ha sido un pilar de la región por casi seis décadas, generando también miles de empleos indirectos.
La decisión de Nissan, enmarcada en su plan global de reestructuración Re:Nissan, responde a presiones internacionales como la competencia de vehículos eléctricos chinos y las tensiones arancelarias con Estados Unidos, no a problemas locales como la inseguridad, como han aclarado tanto la gobernadora como el secretario de Desarrollo Económico, Víctor Sánchez Trujillo. Sin embargo, el impacto en Morelos será profundo, especialmente en Jiutepec, donde la planta ha sido un motor económico y un símbolo de la industria automotriz mexicana.
La anticipación de González Saravia al dialogar con la empresa y el gobierno federal, incluyendo al secretario de Economía, Marcelo Ebrard, busca evitar tensiones sociales al priorizar la estabilidad de las familias afectadas. Este esfuerzo incluye programas de reubicación laboral y apoyo al emprendimiento, medidas que podrían amortiguar el impacto en una comunidad que depende en gran medida de la actividad industrial de CIVAC.
La gobernadora ha demostrado sensibilidad al reconocer el valor histórico de Nissan en Morelos, una planta que, desde su apertura en 1966, produjo más de 6.5 millones de vehículos y marcó la primera expansión internacional de la empresa japonesa. Su compromiso de mantener una comunicación transparente y de colaborar con el sindicato y otras armadoras para recolocar a los trabajadores es un paso hacia la contención de posibles conflictos. Sin embargo, la incertidumbre persiste entre los empleados, especialmente los no sindicalizados, quienes temen por la falta de información clara y por la insuficiencia de medidas como la cobertura de seguridad social por solo tres meses tras el cierre. La creación de una comisión sindical para supervisar las liquidaciones indica que los trabajadores también buscan organizarse, lo que podría derivar en tensiones si las soluciones no llegan a tiempo o no son equitativas.
El desafío para González Saravia no es menor: el cierre de CIVAC podría generar hasta 9,000 pérdidas de empleos directos e indirectos, afectando la economía local en un contexto de volatilidad global. Su estrategia de atraer nuevas inversiones industriales, mediante incentivos fiscales y la promoción de los cinco parques industriales de Morelos, es una apuesta a largo plazo que podría contrarrestar el impacto económico. No obstante, la efectividad de estas medidas dependerá de la rapidez con la que se implementen y de la capacidad de coordinarse con el gobierno federal y el sector privado. La gobernadora ha enfatizado que el cierre no se debe a fallas locales, pero la percepción pública podría politizarse si no se gestiona con cuidado, especialmente en un estado con antecedentes de conflictos laborales y sociales.
Con una visión de futuro, Margarita González Saravia está sentando las bases para transformar esta crisis en una oportunidad de reinvención económica para Morelos. Su compromiso de acompañar a los trabajadores y de posicionar al estado como un destino atractivo para nuevas inversiones es un mensaje de esperanza en un momento crítico. Sin embargo, el éxito de su gestión dependerá de la concreción de estas promesas y de su capacidad para mantener la cohesión social en un proceso que se extenderá hasta 2026. La gobernadora tiene la oportunidad de demostrar que la anticipación y el diálogo pueden evitar conflictos mayores, pero el tiempo y la ejecución serán clave para que Morelos no solo sobreviva al cierre de Nissan, sino que emerja fortalecido.