EL COLAPSO DE CUERNAVACA Y LA LUCHA POR EL CONTROL DE LOS CONTRATOS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 16 de julio de 2025
El impacto de estos bloqueos trasciende la mera disputa sindical. Los habitantes de Cuernavaca, ya agobiados por problemas estructurales como la falta de agua y la precariedad de los servicios públicos, se vieron nuevamente atrapados en un conflicto que parece priorizar los intereses de unos pocos sobre el bienestar colectivo. La incapacidad del Ayuntamiento para mediar eficazmente y garantizar un “piso parejo” para todos los sindicatos, como prometió el propio Urióstegui, refleja una gestión débil y vulnerable a las presiones externas. Este episodio no es aislado, pues recuerda otros conflictos similares, como los bloqueos de 2023 por cortes de energía eléctrica a pozos de agua, que también evidenciaron la fragilidad administrativa y la falta de soluciones de fondo.
Es imperativo que las autoridades municipales establezcan mecanismos transparentes para la asignación de contratos, evitando prácticas que alimenten la percepción de corrupción o favoritismo. El alcalde declaró que las empresas encargadas de la ejecución de ciertas obras eligen a la organización encargada del porteo de materiales de construcción, lavándose así las manos en el conflicto.
La ciudadanía de Cuernavaca merece un gobierno que priorice el interés público por encima de las pugnas sindicales. Mientras el NGS y la CATEM libran su batalla por el control de los recursos, es la población la que paga el costo de un sistema donde los acuerdos opacos y las protestas disruptivas parecen ser la norma. Urge un diálogo inclusivo que garantice equidad en la distribución de oportunidades laborales y, sobre todo, que devuelva la estabilidad a una ciudad que no puede permitirse más colapsos.