El declive de los organismos autónomos en México frente al mundo
LA CRÓNICA DE MORELOS. Jueves 21 de noviembre de 2024.
En varios países del mundo, los organismos reguladores autónomos juegan un papel crucial en la gobernanza, asegurando la independencia en la toma de decisiones para prevenir conflictos de interés y promover la transparencia.
Por ejemplo, en Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio (FTC) es una agencia independiente que protege a los consumidores y garantiza la competencia leal en el mercado. Su autonomía le permite actuar sin interferencias políticas directas, lo cual es esencial para regular eficazmente a las corporaciones y proteger los derechos del consumidor.
Otro caso es el Reino Unido, donde el Banco de Inglaterra opera con independencia en cuanto a la política monetaria, lo que ha contribuido a mantener una estabilidad económica al poder tomar decisiones sobre tasas de interés sin presiones gubernamentales inmediatas.
En Alemania, la Bundesnetzagentur regula los mercados de telecomunicaciones, correos y energía, asegurando que estos sectores funcionen de manera competitiva y eficiente. Su independencia es vista como una salvaguarda contra la manipulación política que podría favorecer a ciertos actores económicos sobre otros.
De manera similar, en Australia, la Comisión Australiana de la Competencia y del Consumidor (ACCC) tiene la facultad de investigar y actuar contra prácticas comerciales anticompetitivas, una función que se beneficia enormemente de su autonomía para mantener la integridad del mercado.
Mientras tanto, en México, el gobierno promovió recientemente la extinción de varios organismos autónomos, como el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), bajo el argumento de reducir el gasto público y evitar duplicidad de funciones. Sin embargo, esta medida ha generado controversia, ya que la desaparición de estos organismos debilitará los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, elementos fundamentales para la democracia y la protección de los derechos ciudadanos. La crítica principal se centra en que estas instituciones son esenciales para mantener un equilibrio de poder y prevenir abusos gubernamentales o corporativos.
La existencia y el fortalecimiento de organismos reguladores autónomos en otros países destacan la importancia de la independencia institucional para el buen funcionamiento del Estado y la protección de los intereses públicos. En contraste, la propuesta de México de eliminar estos organismos ha planteado un debate sobre cómo la centralización del poder puede afectar negativamente la transparencia y la regulación efectiva de los mercados y las políticas públicas. Este enfoque contrasta con la tendencia global de fortalecer, no debilitar, estos controles independientes que sirven como contrapeso al poder ejecutivo.