EL DETERIORO DEL CORAZÓN DE CUERNAVACA: UN LLAMADO A LA ACCIÓN
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 4 de agosto de 2025
El centro de Cuernavaca, con su emblemática Plaza de Armas, hoy Plaza Emiliano Zapata, debería ser el rostro vibrante de la “Ciudad de la Eterna Primavera”, pero en cambio refleja un abandono que hiere su identidad. Las calles, llenas de vida con transeúntes y comercio, están marcadas por la presencia desordenada de vendedores ambulantes y semifijos que, aunque parte del dinamismo local, contribuyen a una sensación de caos. La basura desborda en esquinas, las jardineras lucen descuidadas con plantas sin podar, y el entorno, lejos de invitar al orgullo, proyecta desidia. Este desorden no solo afecta la experiencia de los habitantes, sino que deja una impresión negativa en los turistas nacionales y extranjeros que buscan la riqueza cultural e histórica que Cuernavaca promete.
El Jardín Juárez, así como las calle Matamoros, Guerrero, Degollado y No Reelección, espacios que alguna vez fueron sinónimo de encanto y tranquilidad, hoy comparten el mismo destino de descuido. La basura acumulada y la falta de mantenimiento contrastan con el potencial de estos sitios para ser puntos de encuentro y convivencia. Mientras tanto, obras como la instalación de la estatua ecuestre de Emiliano Zapata, cubierta por una lona en la Plaza, avanzan a marchas forzadas para cumplir con fechas límite, como el 8 de agosto, pero sin un plan visible para abordar el deterioro general del entorno. Este contraste entre el esfuerzo por erigir símbolos históricos y el abandono del espacio público por el ayuntamiento evidencia una falta de visión integral para revitalizar el centro, que debería ser el orgullo de los cuernavacenses.
La situación exige una respuesta urgente de las autoridades y la ciudadanía. Es imperativo implementar un plan de limpieza, ordenamiento del comercio ambulante y mantenimiento constante de los espacios públicos, sin sacrificar el carácter popular del centro.
Los visitantes, nacionales y extranjeros, merecen encontrar una Cuernavaca que refleje su riqueza histórica y su belleza natural, no un paisaje de descuido. Los habitantes, por su parte, tienen derecho a un centro que inspire orgullo y pertenencia. Recuperar el corazón de Cuernavaca no solo es una cuestión de estética, sino un paso necesario para fortalecer su identidad y su potencial como destino turístico y cultural de primer nivel.