EL EMBLEMÁTICO PARQUE BARRANCA DE CHAPULTEPEC
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 01 de noviembre de 2024
El Parque Barranca de Chapultepec, en Cuernavaca, es un lugar que ha evolucionado notablemente a lo largo de los años. Para quienes lo conocimos en nuestra niñez, era un espacio con encanto rústico, mucho más cercano a la naturaleza y con menos infraestructura de la que hoy lo caracteriza. Recorrer sus senderos era una experiencia simple pero llena de magia, rodeada de vegetación densa y sonidos naturales, sin la intervención moderna que ahora lo ha convertido en un sitio de recreación más organizado y turístico.
Con sus rasgos rurales y su ambiente casi salvaje, sigue vivo en la memoria de quienes disfrutamos de su esencia y belleza. Amén de disfrutar de todo el parque, yo mismo me zambullí en la alberca natural, ubicada a escasos metros del acceso principal, generada por el enorme caudal del manantial que actualmente abastece de agua potable a muchas colonias cuernavacenses. Era un gozo ver a los clavadistas que se lanzaban a la parte más honda para buscar y llevarse las monedas arrojadas por los visitantes.
Chapultepec es uno de los espacios naturales más significativos de la ciudad y la región. Conocido como el “pulmón de Cuernavaca”, este parque cuenta con una vasta extensión de áreas verdes y un sistema de ríos y cascadas que lo convierten en un oasis dentro de la urbe. Su historia se remonta a la época prehispánica, cuando las comunidades indígenas del Valle de Cuernavaca lo usaban por sus recursos hídricos y como un lugar sagrado donde realizaban ceremonias. La presencia de manantiales naturales lo convirtió en un sitio ideal para la agricultura.
Durante la época colonial, el área de la Barranca de Chapultepec continuó siendo importante debido a sus abundantes recursos hídricos. Las órdenes religiosas y las autoridades coloniales aprovecharon el flujo de agua para la construcción de acueductos y sistemas de riego que alimentaban las haciendas cercanas y otros cultivos. La riqueza natural del lugar ayudó a consolidar a Cuernavaca como una región agrícola estratégica en la Nueva España, famosa por su fertilidad y clima favorable.
A principios del siglo XX, el desarrollo urbano de Cuernavaca llevó a la conservación del área de la Barranca como un espacio público. En 1931, el gobierno del estado de Morelos decidió declarar formalmente el espacio como parque estatal, nombrándolo Parque Barranca de Chapultepec y destinándolo al esparcimiento y la conservación de sus recursos naturales. Desde entonces, se emprendieron proyectos para mejorar el acceso y embellecer el parque, con senderos y áreas recreativas que comenzaron a atraer visitantes tanto locales como de la Ciudad de México. Además, se hicieron esfuerzos para proteger los manantiales y la flora endémica, convirtiéndose en un ejemplo temprano de conservación ambiental en el estado.
En décadas recientes, el parque ha pasado por varias remodelaciones y proyectos de restauración enfocados en preservar su riqueza ecológica. Hoy en día, el Parque Barranca de Chapultepec incluye el Museo de Historia Natural de Cuernavaca, que ofrece exhibiciones sobre la biodiversidad de la región y el medio ambiente, así como actividades educativas. También cuenta con áreas recreativas, como senderos ecológicos, un aviario y áreas de juegos, que lo convierten en un espacio para la educación ambiental y la convivencia familiar. A pesar de algunos problemas de mantenimiento y conservación, el parque sigue siendo un símbolo de la herencia natural y cultural de Cuernavaca.
Actualmente, el Parque Barranca de Chapultepec enfrenta el reto de equilibrar la conservación con el uso público, mientras mantiene su importancia histórica y ecológica. Es un espacio que conecta la historia natural con la vida cotidiana de los habitantes de Cuernavaca y Morelos. Los esfuerzos de conservación continúan, incluyendo proyectos para revitalizar sus manantiales y especies nativas, destacando la importancia de mantener este pulmón verde para las nuevas generaciones.
El anuncio de la gobernadora Margarita González Saravia sobre la remodelación del Parque Barranca de Chapultepec durante su sexenio es significativo porque refleja un compromiso con la recuperación y modernización de espacios públicos vitales para el bienestar comunitario y el patrimonio ambiental de Cuernavaca. Esta decisión no solo responde a la demanda de preservar el “pulmón” de la ciudad, sino que también destaca la visión de un gobierno que apuesta por mejorar la calidad de vida, el turismo sustentable y el sentido de identidad local. Remodelar el parque en etapas permitirá que el proceso se realice de manera planificada y sostenible, asegurando que este legado natural permanezca para el futuro. Hay puntos bastante deteriorados debido al abandono propiciado por pésimas administraciones. Urge, por lo tanto, no solo la remodelación, sino la reconstrucción en algunos casos.