El FALLO DEL T-MEC SOBRE EL MAÍZ TRANSGÉNICO: ¿PROTECCIÓN CULTURAL O CAPRICHO POLÍTICO?
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Sábado 21 de diciembre de 2024
El fallo emitido por el panel del T-MEC en contra de la prohibición de México sobre las importaciones de maíz transgénico, establecida por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado una nueva dinámica en las relaciones comerciales entre México y Estados Unidos. Este panel concluyó que las medidas de México no estaban basadas en principios científicos sólidos y violaban los términos del acuerdo comercial, lo cual ha sido corroborado por múltiples fuentes y anuncios oficiales.
La decisión de López Obrador fue vista como una medida para proteger la biodiversidad y la salud pública, argumentando que el maíz transgénico podría dañar las variedades nativas de maíz y afectar la salud de la población. Sin embargo, la falta de evidencia científica robusta que respaldara estos argumentos fue un punto crucial en la decisión del panel, lo que sugiere que la prohibición podría haber estado más influenciada por una agenda ideológica o de política interna que por un análisis científico riguroso.
Las implicaciones de este fallo para México son significativas. En primer lugar, México tiene 45 días para ajustar su política sobre el maíz transgénico o enfrentar posibles sanciones comerciales, lo cual podría incluir la imposición de aranceles sobre productos mexicanos clave para el mercado estadounidense. Este escenario no solo desestabilizaría la economía mexicana, particularmente en sectores como la agricultura y la ganadería que dependen de las importaciones de maíz, sino que también podría afectar la competitividad de México en el mercado internacional. Además, este fallo pudiese afectar la percepción de México como un socio comercial confiable dentro del marco del T-MEC, lo que tendría repercusiones en futuras negociaciones comerciales no solo con Estados Unidos sino también con Canadá.
Desde una perspectiva de política interna, la decisión de López Obrador de prohibir el maíz transgénico la podemos interpretar de varias maneras. Por un lado, refleja un intento de proteger la rica diversidad del maíz mexicano y la cultura alimentaria del país, algo que muchos en México valoran profundamente. Por otro lado, críticos argumentan que esta medida sería vista como un “capricho” o una decisión impulsada por una visión romántica del pasado agrícola de México, sin considerar adecuadamente las realidades económicas y científicas del comercio moderno. La falta de una base científica clara en los argumentos de México abre la puerta a la crítica de que fue más una decisión política que técnica, lo que podría haber socavado la posición de México en el panel.
En términos de la relación bilateral con Estados Unidos, este fallo refuerza la postura estadounidense en favor de la biotecnología agrícola, subrayando la importancia del comercio basado en la ciencia para la economía de ambos países. Estados Unidos, siendo el principal exportador de maíz a México, ve en este fallo una validación de su enfoque hacia la biotecnología, argumentando que no existen pruebas suficientes que demuestren los daños alegados por México. Esto quizás lleve a una mayor presión sobre México para alinearse con las prácticas comerciales y científicas globales, posiblemente forzando una reevaluación de sus políticas agrícolas y de salud pública en el futuro.
¿Tuvo López Obrador razón o no en su decisión? Desde un punto de vista cultural y de soberanía alimentaria, su intención de proteger el maíz nativo y la salud pública es comprensible y hasta plausible. Sin embargo, la ejecución de esta política, al no estar respaldada por evidencia científica concluyente, parece haber sido un error estratégico. Este caso ilustra la necesidad de un equilibrio entre la protección de tradiciones culturales y la adaptación a las realidades del comercio global, donde la evidencia científica juega un papel crucial. La lección para futuras administraciones será la importancia de fundamentar decisiones políticas en datos empíricos sólidos para evitar confrontaciones comerciales y diplomáticas como esta.