EL FUEGO AMIGO EN MORENA YA SIN LÓPEZ OBRADOR
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Miércoles 6 de agosto de 2025
Durante el mandato de Andrés Manuel López Obrador, la disciplina y la unidad al interior del movimiento político, que fue construyendo a lo largo de dos décadas, se mantuvieron bajo su estricta vigilancia. Nadie dudaba de que a la par de ser el presidente de la República era también el máximo líder de Morena, con todo y la licencia que había solicitado a su militancia partidaria.
Electoralmente pragmático, cualquier disenso o manifestación abierta de inconformidad eran rápidamente atendidas y sofocadas, aun teniendo que relegar o reprender a miembros o grupos fundadores del partido, que lo habían acompañado y respaldado muchos años atrás, para dar cabida a los nuevos integrantes y candidatos, provenientes de otros partidos políticos.
La estrategia de López Obrador funcionó tan bien que recobró las mayorías calificadas en el Congreso de la Unión, obtuvo la mayoría de los gobiernos y congresos estatales, reorganizó la dirigencia partidaria, hasta incluyendo como uno de los líderes principales a su hijo y, buena parte del gabinete de la presidenta quedó conformado por lopezobradoristas, más que claudistas.
Todo, en materia electoral, parecía ir viento en popa. Sin embargo, la cosquilla de las siguientes elecciones, siendo el partido con mayores preferencias electorales, muy pronto se ha vuelto comezón. Quienes ya habían tenido poder lo quieren seguir teniendo. Los que no lo tenían ahora quieren incrementarlo. Ambos, quieren más y más. Eso no es raro ni extraña a nadie. La política es en sí misma la lucha por el poder. El problema estriba en la manera que quieren hacerlo.
Los embates de los desgastados y nada creíbles líderes de las oposiciones partidarias, poca o nula mella hacen entre los seguidores de la cuarta transformación, aquellos que aportan los votos, la clave para ganar elecciones. El problema está adentro del movimiento, no afuera.
Una vez aparentemente retirado de la política, Andrés Manuel, ha habido quienes se han sentido con lo suficiente como para desafiar el liderazgo de Luisa María Alcalde Luján, como presidenta del partido, poniéndose a las órdenes de Andy. Lo peor, desafiando también, aunque lo hagan en secreto, el poder de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
No lo hacen para obtener más posiciones, por el momento, sino para ganar terreno rumbo a sus objetivos personales y de grupos. Sus ambiciones, como sucedió con el antiguo PRI, historia de la que deberían aprender para no cometer los mismos errores, los están llevando a lanzar un fuego amigo que podrá tener cualquier tipo de resultado, adverso o favorable para ellos, pero que de ninguna manera servirá para conservar la unidad y la disciplina.
Y aunque la política y el sistema mexicano son así, porque no han cambiado, arriba no los van a ver nada bien. Carecen de garantías de que vayan a ser respaldados en sus aspiraciones.
Y PARA INICIADOS:
Hay quienes consideran que es muy temprano todavía para hacer públicas las aspiraciones de obtener las candidaturas a las presidencias municipales que estarán en juego en el 2027. Otros, son fieles creyentes del refrán que dice “al que madruga Dios lo ayuda”. Aunque sabemos de los nombres de los principales aspirantes, hasta el momento, porque habrá más, el primero en reconocer públicamente y asumir como un reto en su carrera política la obtención de la candidatura a la presidencia de Cuernavaca ha sido el diputado federal Agustín Alonso Gutiérrez. Cabe mencionar que como cuenta con todo el respaldo de Nueva Alianza, partido aliado de la cuarta transformación, este proceso de selección pinta para ponerse muy interesante. Ya trataremos este tema con detalle en otra oportunidad.
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