EL NEPOTISMO EN MÉXICO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 06 de febrero de 2025
Ayer, durante el acto conmemorativo del 108 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, la presidenta Claudia Sheinbaum anunció el envío de dos iniciativas de reformas constitucionales al Congreso de la Unión: una para eliminar la reelección en los cargos de elección popular y otra contra el nepotismo. Esta última prohibiría que familiares directos de funcionarios en cargos de elección popular puedan ocupar el mismo cargo de manera inmediata tras el término del mandato de su pariente, con el objetivo de promover una mayor transparencia y equidad en la política mexicana.
Claudia Sheinbaum pretende así fortalecer la transparencia y combatir los conflictos de interés en la política mexicana. La reforma en materia de nepotismo incluye una prohibición clara para evitar que familiares inmediatos, como esposos, hermanos o hijos, ocupen el cargo que deja un familiar en el periodo electoral inmediato siguiente.
El nepotismo ha sido un problema recurrente en la política mexicana, donde familias enteras han ocupado cargos de elección popular de manera consecutiva o simultánea, tanto en el ámbito local como federal. La iniciativa de Sheinbaum pretende “recuperar la esencia de la Constitución de 1917”, según se ha citado en varias publicaciones, que originalmente establecía la prohibición de la reelección en cargos públicos. Esta reforma busca no solo limitar la reelección, sino también asegurar que el poder no se mantenga dentro de círculos familiares, promoviendo así una democracia más equitativa y representativa.
La propuesta de reforma electoral también contempla la eliminación de la reelección en todos los cargos de elección popular, lo cual incluye a legisladores y presidentes municipales que actualmente tienen permitido buscar un segundo periodo. Esto se alinea con el principio de “sufragio efectivo, no reelección”, un lema histórico en México que busca evitar la perpetuación en el poder. La presidenta ha enfatizado la importancia de estas reformas para consolidar una política más justa y transparente, donde el mérito y la capacidad sean los criterios para acceder a cargos públicos, en lugar de los lazos familiares.
En su conferencia mañanera, Sheinbaum ha explicado que estas reformas se presentarán en conjunto para ser discutidas en el siguiente periodo de sesiones del Congreso de la Unión, comenzando en el presente mes de febrero de 2025. Esto representa un desafío político tanto para el partido Morena como para la presidenta, ya que deberán demostrar que sus propuestas responden genuinamente al interés público y no a agendas partidistas. La discusión de estas reformas es vista como un paso significativo hacia la regeneración del sistema político mexicano, aunque su implementación dependerá del apoyo legislativo y de la voluntad política para cambiar prácticas arraigadas.
Estas iniciativas han generado un debate en la sociedad y en las redes sociales, con voces a favor que ven en estas reformas un avance hacia una democracia más sana y otras que cuestionan la factibilidad y la verdadera intención detrás de estas propuestas. Sin embargo, si se logra aprobar y aplicar, podría marcar un antes y un después en la lucha contra el nepotismo y la corrupción en México, promoviendo una renovación en las prácticas políticas y administrativas del país.
El nepotismo, cuyo significado proviene del italiano “nepote” que significa “sobrino”, es la práctica de favorecer a familiares o amigos en el ámbito laboral, especialmente en cargos públicos, sin considerar sus méritos o capacidades. Esta acción se realiza aprovechando la influencia o poder que ostenta una persona en un determinado puesto. El nepotismo es una forma de corrupción que socava la meritocracia y la igualdad de oportunidades, ya que se priorizan las relaciones personales sobre la capacidad y el mérito profesional.
La etimología de la palabra “nepotismo” se remonta a la Edad Media, cuando los papas y otros miembros de la nobleza otorgaban cargos y beneficios a sus familiares, especialmente a sus sobrinos. Esta práctica era común en la Iglesia Católica, donde los papas a menudo designaban a sus sobrinos como cardenales o en otros puestos de poder. La palabra “nepotismo” proviene del latín “nepos”, que significa “sobrino” o “nieto”, y se utilizó para describir esta práctica de favorecer a los familiares en el ámbito laboral.
Durante su mandato como presidente de México (1976-1982), José López Portillo generó controversia y críticas al defender públicamente el nombramiento de su hijo José Ramón López Portillo como subsecretario de Programación y Presupuesto. En ese momento, pronunció la tristemente célebre frase “José Ramón es el orgullo de mi nepotismo”, una declaración que causó indignación y reforzó la percepción de que el nepotismo era una práctica arraigada en la política mexicana.
Sin embargo, desde entonces los mexicanos hemos constatado el cinismo de muchísimos políticos y funcionarios favoreciendo a parientes cercanos con muy bien remunerados cargos, no solo en el sistema de representación a través de las cámaras de Diputados y Senadores (lo que se ha repetido en los congresos locales y ayuntamientos), sino en toda la administración pública, en los tres niveles de gobierno. El quebranto de la Constitución, que señala claramente los límites para impedir la designación de familiares y parientes en puestos importantes, por poseer lazos de consanguinidad con mujeres y hombres poderosos en línea directa, ha sido y sigue siendo algo común. Estaremos atentos y después diremos.