EL PERFIL IDEAL DEL OMBUDSPERSON: UN DEFENSOR INDEPENDIENTE Y COMPROMETIDO PARA LA CDHM
OPINIÓN
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 18 de junio de 2025
Un ombudsman u ombudsperson, en el contexto de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos, debe ser una figura que encarne la independencia, la integridad y un compromiso inquebrantable con la defensa de los derechos fundamentales. Este rol exige una persona con un perfil profesional sólido, preferentemente con formación en derecho, ciencias sociales o disciplinas afines, que le permitan comprender la complejidad de las violaciones a los derechos humanos y los mecanismos para su protección.
Más allá de la preparación académica, debe poseer experiencia práctica en la defensa de derechos humanos, ya sea en organizaciones civiles, instituciones públicas o en el ámbito académico, lo que le otorgue un conocimiento profundo de los retos locales y nacionales en esta materia. La capacidad de análisis crítico y la sensibilidad hacia las víctimas de abusos son esenciales, ya que el ombudsman debe actuar como un puente entre la sociedad y las autoridades, garantizando que las voces de los más vulnerables sean escuchadas.
La independencia es, sin duda, el pilar fundamental de un ombudsperson eficaz. En Morelos, donde históricamente la designación del titular de la Comisión de Derechos Humanos ha estado influenciada por el gobernador en turno, es crucial que el proceso de selección sea transparente, participativo y libre de injerencias políticas. El ombudsman no debe ser una figura subordinada al poder ejecutivo ni a ningún otro interés político o económico. Por ello, el perfil ideal incluye una trayectoria intachable, sin afiliaciones partidistas evidentes o compromisos que puedan comprometer su imparcialidad. La persona debe tener la valentía de confrontar a las autoridades cuando sea necesario, emitiendo recomendaciones firmes y fundamentadas, incluso si estas resultan incómodas para el gobierno estatal o municipal.
Otro aspecto clave es la capacidad de liderazgo y comunicación. El ombudsperson debe ser capaz de articular una visión clara para la protección de los derechos humanos en Morelos, promoviendo una cultura de respeto y sensibilización en la sociedad. Esto incluye habilidades para dialogar con diversos sectores, desde comunidades indígenas hasta colectivos de víctimas, pasando por instituciones gubernamentales y organizaciones no gubernamentales. La empatía y la capacidad de escucha activa son imprescindibles para generar confianza en la ciudadanía, especialmente en un estado donde la desconfianza hacia las instituciones es un desafío constante. Además, debe ser un gestor eficiente, capaz de administrar los recursos de la Comisión de manera transparente y orientarlos hacia la atención efectiva de las quejas y la promoción de los derechos humanos.
La perspectiva de género y la inclusión son también elementos esenciales en el perfil del ombudsperson. Morelos enfrenta problemáticas específicas como la violencia de género, la discriminación hacia comunidades indígenas y la vulnerabilidad de grupos marginados. Por ello, la persona debe tener un enfoque interseccional, comprendiendo cómo las dinámicas de poder afectan de manera diferenciada a mujeres, hombres, personas LGBTI+, y otros colectivos. Este enfoque no solo debe reflejarse en su discurso, sino en acciones concretas, como impulsar políticas dentro de la Comisión que prioricen la atención a estos grupos y fomenten la equidad. La experiencia previa en el trabajo con poblaciones vulneradas será un indicador clave de su capacidad para abordar estas problemáticas con sensibilidad y eficacia.
Finalmente, el ombudsperson debe ser un agente de cambio con una visión estratégica para fortalecer la Comisión de Derechos Humanos como una institución sólida y confiable. Esto implica no solo reaccionar ante violaciones, sino prevenirlas mediante la educación, la capacitación y la colaboración con otros organismos. En un contexto donde la influencia política ha socavado la legitimidad de la Comisión, la persona elegida debe trabajar incansablemente para recuperar la confianza ciudadana, demostrando con hechos que su prioridad es la justicia y la dignidad humana. Un proceso de selección abierto, con participación de la sociedad civil y criterios claros, será fundamental para garantizar que el próximo titular no sea solo un nombramiento político, sino un verdadero defensor de los derechos humanos en Morelos.