EL PESO INVISIBLE: DESIGUALDADES EN LA MOVILIDAD Y LAS PENSIONES EN MORELOS

CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 30 de diciembre de 2025
En Morelos, la economía cotidiana de miles de familias se ve presionada por decisiones que, aunque buscan mejorar servicios esenciales, terminan profundizando las brechas sociales. El debate recurrente sobre el aumento en las tarifas del transporte público ilustra perfectamente esta tensión: mientras los concesionarios argumentan la necesidad de ajustes para cubrir costos crecientes como combustible y mantenimiento, los usuarios —especialmente estudiantes y trabajadores de bajos ingresos— enfrentan un golpe directo a su presupuesto diario, en un estado donde la tarifa mínima se mantiene en 10 pesos, pero las demandas de incremento persisten rumbo a 2026.
Este servicio básico no es un lujo, sino una necesidad vital para acceder a empleo, educación y salud. Un posible alza impactaría desproporcionadamente a los sectores vulnerables, que ya destinan una parte significativa de sus ingresos al desplazamiento. En un contexto de informalidad laboral alta y salarios precarios, encarecer la movilidad equivale a restringir oportunidades, perpetuando un ciclo de desigualdad donde quienes menos tienen pagan el costo más alto por mantenerse conectados con la sociedad.
Paralelamente, la propuesta de crear un Instituto de Pensiones estatal revela otra cara de la presión sobre el bienestar social. Iniciativas legislativas han señalado que su operación inicial requeriría al menos nueve mil millones de pesos, un monto millonario que competiría con recursos limitados en un presupuesto estatal ya tensionado por obligaciones como jubilaciones y servicios públicos. Aunque el objetivo es garantizar retiros dignos y evitar colapsos financieros futuros en municipios y dependencias, la falta de fondos suficientes genera incertidumbre sobre su viabilidad real.
Estos dos temas —transporte y pensiones— se entrelazan en un nudo de desigualdades económicas: ambos afectan el presente inmediato de las familias trabajadoras y su futuro seguridad. Mientras el aumento en pasajes erosiona el poder adquisitivo hoy, un sistema de pensiones inestable amenaza la estabilidad en la vejez, especialmente para quienes han laborado en condiciones informales o precarias a lo largo de su vida.
Es urgente un enfoque equilibrado que priorice la equidad: subsidios focalizados para usuarios vulnerables en el transporte, modernización real de unidades a cambio de regulaciones estrictas, y un fondo de pensiones financiado de manera sostenible sin sacrificar otros rubros esenciales. Solo así Morelos podrá avanzar hacia un bienestar social inclusivo, donde los servicios básicos no sean una carga, sino un puente hacia mayores oportunidades para todos.
