EL PINOCHO MEXICANO
¡Entre semana!
30 abril 2024
Eduardo Ángel Cinta Flores
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“La mentira es la fuerza de una persona débil”
Mientras un mitómano dice mentiras de forma compulsiva, el mentiroso lo hace de forma ocasional con el fin de protegerse. El mitómano lo que intenta es transformar la realidad. Imita otras personalidades, inventa experiencias, etc. porque no le gusta su realidad.
Una persona mitómana miente con la finalidad de obtener beneficios, llamar la atención de otros o por crear una “mejor” imagen de él. Además de que tiene problemas de autoimagen y autoestima e inseguridad. Se han hallado factores condicionantes de la niñez que conducen a las mentiras, como la baja autoestima. Así mismo, se ha mencionado que la Mitomanía conlleva o está relacionada con patologías mentales como el Trastorno Bipolar, Trastorno Límite de la Personalidad y Demencia.
Por ahora no se ha encontrado que exista algún gen relacionado con la mentira, es decir, una persona no nace siendo mentirosa, sino que con el paso de los años va adoptando ese trastorno en la conducta acorde a su conveniencia.
Me pregunto ¿por qué miente el presidente López Obrador? ¿Por qué no reprimió su conducta mitómana una vez que tomó posesión? ¿Tenía que mentir para obtener beneficios económicos?
Sabíamos que a López Obrador nunca le gustó la realidad de su entorno político, menos el neoliberalismo y había que reaccionar no solamente con el triunfo electoral, sino sembrando para la siguiente generación de Servidores de la Nación. A sus costosos 18 años de campaña ¿hay que corresponder a sus mecenas políticos?
Me voy a referir a muchas de las mentiras dichas y hechas por el primer mandatario mexicano que durante cinco años no dieron el beneficio esperado, al menos a la ciudadanía y si, a quienes participaron en ellas.
En enero de 2019, tras el golpe aplicado al país con la cancelación del NAICM, el gobierno de AMLO compró, 671 autotanques por un total de 92 millones de dólares en una adquisición directa sin licitación como parte del plan para atender la distribución de gasolinas. Sobre la razón por la cual se decidió hacer la compra directamente, se debió a la emergencia, en el abasto de gasolina que, por varias semanas, originó el mismo PEMEX, como consecuencia de la “grandiosa” estrategia de lucha contra el robo de combustibles, contra el huachicol. Según la compra se hizo a Estados Unidos, por cuestión de tiempo pues, aquí la culpa ajena, la Canacar entregaría tres meses después, por lo que recurrieron a empresas que les podrían entregar antes.
¿Y dónde quedaron las pipas? Las unidades fueron entregadas a la Secretaría de la Defensa Nacional, que habilitó soldados como choferes, aunque, se aseguró que los vehículos formarían parte de la flota de Pemex. Ahora las podemos ver circular en la CdMx bajo el emblema “Plan DN-III dotación de agua potable”
Contrario a lo que sucedía al inicio del gobierno de López Obrador, el huachicol no mermó, se diversificó. Hoy al huachicol lo controlan organizaciones criminales que ordeñan con manga ancha, los ductos o asaltan las pipas de Pemex en zonas de estados como Guanajuato o Hidalgo.
Lo anterior sólo para refrescar la memoria, porque las pipas no resolvieron nada, lo que persiste es que, en barrios, pueblos, caminos, carreteras y ciudades, la gente recurre a quiénes venden gasolina sin tener expendio que lo hacen en tanques cuya localización tienen bien ubicados los consumidores.
El domingo durante el Segundo Debate, escuchamos una doble mención de “Mentirosa” entre la candidata oficialista Claudia Sheinbaum y la candidata presidencial de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez. Destaca por los antecedentes, el calificativo aplicado a la morenista ya que, toda su alocución fue para defenderse y defender a lo hecho por el presidente López Obrador, con el que tenía un pleno interés de quedar bien y ya no merecer su crítica.
La continuidad prospectada de la Cuarta Transformación en segundo piso, argumenta que, de ganar Claudia, por sumisión y analogía será la mentira la que prevalezca en el próximo sexenio.
El principal peligro de la mentira es que conduce a perder la moral por ese estado de angustia interna y su gran malestar emocional. Detrás del mentiroso se esconde una persona de carácter vulnerable y con temor a fracasar.
Érase una vez en una vieja carpintería, Geppetto, un señor amable y simpático, terminaba más un día de trabajo dando los últimos retoques de pintura a un muñeco de madera que había construido. Al mirarlo, pensó: ¡qué bonito me ha quedado! Y como el muñeco había sido hecho de madera de pino, Geppetto decidió llamarlo Pinocho.
Moraleja “Quien miente una vez, mentirá siempre”.
Amigos, como todos los martes les dejo un saludo con ¡mucho afecto!