EN RIESGO QUIENES INTEGRAN LOS AYUNTAMIENTOS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 2 de abril de 2024
Es difícil olvidar el video, grabado a inicios de 2016, donde aparecían el entonces presidente municipal de Mazatepec (emanado del PRD), Jorge Toledo Bustamante, y representantes del grupo criminal “Los Rojos” liderado en aquel tiempo por Santiago Mazari Arizmendi, hoy recluido en un penal de Oaxaca bajo acusaciones de delitos contra la salud y delincuencia organizada.
Toledo Bustamante fue objeto de extorsiones, a cambio de salvar la vida, y fue así como continuó al frente del depauperado Ayuntamiento hasta terminar su accidentada gestión en 2018. Estuvo a punto de abandonar el cargo tras el asesinato de un colaborador cercano, pero no lo hizo. Respecto al hecho videograbado, presentó una denuncia ante las autoridades ministeriales federales y estatales. En 2021 volvió a postularse para alcalde, ahora a nombre del Partido Movimiento Ciudadano (MC). Y ahí se encuentra, sufriendo las penurias del municipio.
Sin embargo, las mismas extorsiones fueron padecidas por otros presidentes municipales de Morelos. El 19 de enero de 2011 ocurrió un hecho cuyos principales protagonistas eran varios alcaldes de la zona sur. Durante un operativo desarrollado en Zacatepec para detener a criminales pertenecientes al grupo delictivo comandado por Edgar Valdez Villarreal (“La Barbie”), el Ejército Mexicano encontró una libreta donde aparecían los nombres de los entonces alcaldes Ennio Pérez Amador, de Tlaltizapán; Jorge Martínez Urioso, de Tlaquiltenango; José Carmen Cabrera Santana, de Zacatepec; Enrique Retiguin Morales, de Jojutla; José Moisés Ponce Méndez, de Puente de Ixtla; Ramiro Figueroa Melgar, de Coatlán del Río; y Alfonso Miranda Gallegos, de Amacuzac. Era una especie de nómina, con cantidades específicas de dinero. Desde aquella época hasta nuestros días siempre se ha especulado en torno al contubernio existente entre miembros de ciertos ayuntamientos y grupos de la delincuencia organizada, para cumplir con su responsabilidad social. Aquello de que los municipios son la célula básica del sistema político mexicano es pura palabrería, pues el entorno de esas administraciones suele ser quebrantada por las extorsiones. Y ahí vienen de nuevo.
Los primeros afectados siempre han sido los policías municipales, quienes son corrompidos o amenazados por las bandas delincuenciales. Ellos, difícilmente, pueden sustraerse de esa realidad pactada entre los jefes criminales y las comunas, encabezadas por los alcaldes. Un alto índice de uniformados, adictos a los enervantes y envilecidos por la violencia, son elementos de seguridad pública municipal en activo. Existen infinidad de testimonios de ciudadanos y ex policías que corroboran el accionar de estos sicarios uniformados, quienes llegan a intervenir en secuestros, torturas, ejecuciones, distribución de drogas y en actividades de inteligencia. Pero el poder corruptor de los bandoleros no cesa con policías municipales. Sigue en cadena hacia mandos superiores y alcanza a los alcaldes. Ni qué decir respecto a los regidores y síndicos.
En Tetecala, que como Mazatepec se ubica en la conflictiva zona poniente de Morelos, recientemente fueron amenazados la candidata de Movimiento Ciudadano a la gubernatura, Jessica Ortega de la Cruz, y sus acompañantes durante alguna etapa de proselitismo. La localidad es gobernada por Morena. Sujetos armados interceptaron a la candidata y sus colaboradores, obligándolos a retirarse del municipio. Fueron amenazados de que no podrán hacer campaña en la región. Desconozco si Ortega de la Cruz denunció el delicado asunto ante las autoridades federales y estatales, pero este lunes, durante una conferencia de prensa desarrollada en la explanada del Palacio de Cortés, se notó la presencia de elementos de la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional acompañando a la diputada federal con licencia. Se sabe que otros candidatos ya reciben la misma custodia ante las amenazas de grupos presuntamente ligados al crimen organizado.
Lo ocurrido este lunes en Celaya, Guanajuato, donde a plena luz del día y en una de sus actividades proselitistas fue asesinada la candidata de Morena a alcaldesa, Gisela Gaytán, representa un nuevo desafío al estado mexicano, pero no como el que en determinados momentos han significado ciertas masacres. No. Esta vez se transmite el mensaje, por parte de los delincuentes, de que en el proceso electoral mandan ellos y que están dispuestos a fomentar gobiernos paralelos al federal y todos los estatales una vez desarrollados los comicios del 2 de junio próximo. Nunca como ahora están en grave peligro las instituciones nacionales.