ENCRUCIJADAS DISCURSIVAS
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Lunes 6 de mayo de 2024
Las campañas avanzan, tanto las federales como las locales. Unas con más y otras con menos impulso e impacto, pero todas están en marcha, mientras los días clave se aproximan. Los posibles electores están expuestos diariamente a miles de diferentes mensajes proselitistas que de alguna forma llegan a sus ojos u oídos.
Entre las postuladas y los postulados hay quienes pueden promoverse en forma crítica, con señalamientos y puntualizaciones sobre cualquier problema de los que aquejan a la sociedad en general o a sus comunidades en lo particular y ofrecer soluciones, compromisos y políticas públicas a desarrollar. Y otros que están limitados, porque su situación les impide hablar con franqueza, por más concientes que estén de las realidades que nos circundan.
Los casos concretos tienen ciertas variaciones, aunque con denominadores comunes.
Hablemos de los más próximos y representativos para Morelos: Claudia Sheinbaum, obligada a seguir una línea oficial, marcada desde Palacio Nacional, a la vez, está impedida para criticar al gobierno saliente, de Cuauhtémoc Blanco Bravo y al desempeño de la dirigencia partidaria de su hermano, Ulises Bravo Molina. No tiene margen de acción ni decisión propia, sólo le queda la administración de la ventaja cuantitativa que muestran las encuestas, para llegar con suficientes puntos a su favor, el día de la jornada electoral.
Xóchitl Gálvez no tiene limitaciones discursivas y, desde el segundo debate, tomó una especie de nuevo aire y ha vuelto a ser una candidata acuciosa y disruptiva. No obstante, no debe señalar a las dirigencias partidarias que se han adueñado de los institutos políticos que la apoyan. PAN, PRI y PRD han dejado mucho que desear. Lejos de haber recobrado credibilidad, siguen siendo mayormente mal vistos. Y de eso puede hablar poco Gálvez, incluso de manera tangencial.
Casos muy similares, los de Margarita González Saravia y Lucía Meza Guzmán, con la diferencia de que aquí el partido en el gobierno es sumamente vulnerable a la crítica. A diferencia de la popularidad que goza Andrés Manuel López Obrador en Morelos, el gobierno de Blanco Bravo, reconocido ya como morenista, es lastre para Margarita y una ventaja discursiva para Lucy.
En Cuernavaca, lo aproveche o no, José Luis Urióstegui tiene cancha para señalar las fallas y faltantes de la federación y el gobierno estatal, con relación a la capital del estado. Pero, al ser presidente municipal con licencia, en este sentido, no culpable pero sí responsable, de lo que ha sucedido en la capital, va cuesta a arriba para defender y destacar los logros de su administración, que no deben desestimarse, sino valorarse en su justa dimensión, pero que palidecen ante la ola de violencia, las carencias sociales, el permanente riesgo de la crisis hídrica y la falta de desarrollo e inversiones productivas y sustentables, que han estado señalando sus adversarios.
Alejandra Flores tiene las mismas restricciones que sus correligionarios, pero sí tiene carta abierta para criticar al gobierno municipal, aunque deba hacerlo con mucho cuidado, pues buena parte de la problemática capitalina se incrementó y se viene arrastrando desde las administraciones de Cuauhtémoc y Villalobos. Por ello, también la tiene cuesta a arriba para convencer al electorado de que ella podría resolver la catástrofe que heredó su partido a la oposición, hoy en el gobierno municipal.
Por su lado, también con limitaciones discursivas debido a la alianza federal, pero sin esas restricciones en lo local, recorriendo colonias en condiciones deplorables, abandonadas por décadas, y otras donde las promesas de campañas anteriores nunca vieron su cumplimiento, el abanderado del Verde, Joaquín Carpintero, va mostrando los múltiples desafíos que habrá de enfrentar el ganador de la contienda. Quienes no están conformes con el actual gobierno y los desencantados de Morena, están volteando a ver a Carpintero como una opción, que representa a la 4T pero, a la vez, se diferencia, se desmarca, tanto del frente opositor como del partido guinda, sumando así lo que podrían ser votos de castigo de unos y de otros, a su favor.
Y para iniciados:
A propósito de lo anterior, el pasado viernes los colegas de un medio de comunicación digital, Factor Quatro, invitaron a un conversatorio a los cinco candidatos al gobierno de Cuernavaca. Y aunque no se trataba precisamente de un debate, sí representaba una valiosa oportunidad para que su audiencia pudiera conocer a las y los postulados. La candidata de MC simplemente primero aceptó asistir y luego se echó para atrás. Otros tres, argumentaron tener agenda programada. Solamente se presentó Joaquín Carpintero, del Verde. Resulta, al menos curioso, pero podría ser significativo, que cuando se les pregunta si están dispuestos a debatir, digan que sí, pero a la hora de la hora, ya no le entren. ¿De veras será por agenda? Porque la agenda se puede modificar, pero la impresión que dejaron, esa ya no cambiará.
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