ENCUESTAS: ESTO YA SE DESCONTROLÓ
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Viernes 3 de abril de 2024
“Esto ya se descontroló”, suelen decir los jóvenes hoy en día para modificar la antigua expresión: “Todo se volvió un desmadre”. Abundan los memes y otro tipo de contenidos en las redes sociales, explicando infinidad de causas por las cuales las circunstancias se salieron de control. Hoy deseo referirme a las famosísimas encuestas, tan socorridas actualmente por los partidos políticos rumbo a las elecciones federales, estatales y locales del próximo domingo 2 de junio.
Por lo anterior deseo retomar las siguientes expresiones de connotados personajes de la literatura, con el objetivo de enriquecer el conocimiento popular en torno a esos ejercicios que, desde siempre, han sido motivo de manipulación para unos, entre ellos los líderes políticos, y de humorismo, en el caso de otros, sobre todo en quienes siempre han desconfiado de las encuestas. Debo confesarles que me ubico en el segundo grupo, pues a lo largo de cinco décadas he visto de todo durante los procesos electorales, confirmando la regla de que la política no tiene escrúpulos, actividad cuyas principales características son las peores bajezas humanas como la traición, la mentira, la corrupción, los robos al erario y, desde luego, prometer un catálogo de cosas inalcanzables.
A Daniel Estulin, prestigiado escritor originario de Lituania, se atribuye esta estupenda expresión: “Si queremos que la gente crea algo, lo único que tenemos que hacer es organizar una encuesta que diga que tal cosa es así, y después darle publicidad, preferiblemente por televisión”.
A Manuel Vicent, enorme escritor español, se atribuye esta otra expresión: “Nuestra generación ha entregado el alma a los contables y todas las pasiones que hoy nos conmueven se derivan de las estadísticas: para saber si somos felices, ahora se hacen encuestas”.
Y terminaré la porción de frases célebres con esta otra, atribuida a Mark Twain, gigante escritor estadounidense nacido en alguna localidad de Florida en 1835 y fallecido en 1910: “Hay tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas”.
Si usted busca frases referentes a las encuestas encontrará centenares, simple y sencillamente porque han servido para enriquecer el sentido del humor durante ciertos periodos de nuestra historia. Y asimismo detectará que alrededor del levantamiento de esas supuestas mediciones predominan la incertidumbre, la desconfianza, la manipulación y los evidentes objetivos propagandísticos, tal como lo hemos constatado en tiempos recientes.
Cualquier cantidad de partidos, junto con sus más conocidos exponentes, han abusado de las mentadas encuestas, hasta conseguir que la inmensa mayoría de potenciales electores no crea en ellas. Miles de personas han sido molestadas en sus hogares mediante llamadas telefónicas. ¿Cuál es la evidente realidad? La voz que está al otro lado del auricular ni siquiera ha concluido su primera frase, cuando el potencial elector, francamente irritado, prefirió colgar.
Lo importante es que faltan solo 27 días para que terminen las campañas y 30 para el desarrollo de los comicios el domingo 2 de junio. Pero lo realmente trascendente será llegar al lunes 3 de junio con la firme esperanza de que vayan a cambiar las cosas a nivel nacional y, obviamente, también en nuestro querido estado de Morelos, para bien. Nosotros por nuestra parte estaremos atentos a servir como escrutadores cuando los triunfadores tomen posesión de sus nuevas responsabilidades, con el fin de verificar si cumplirán o no las mil y una promesas hechas en las costosísimas campañas.
Terminaré enviando un mensaje con mis sinceras condolencias a los propietarios y directivos de la empresa Masive Caller, porque después de haber levantado y difundido una encuesta donde Xóchitl Gálvez aparece unos puntitos arriba de Claudia Sheinbaum, durante alrededor de 24 horas han padecido tremenda felpa del obradorato. Esa firma tuvo la osadía se llevar a cabo un levantamiento con sentido de responsabilidad, pero la operación de estado no se hizo esperar, desde luego teniendo como objetivo desprestigiar a Masive Caller, proyectándola como lo que usted guste y mande. Jamás en poco más de 51 años de ejercicio periodístico había visto, por un lado, la proliferación de encuestas chafas como vil propaganda, y por el otro, el ataque masivo contra una casa encuestadora que ha pugnado por no servir como comparsa.