¡ES CLAUDIA, QUERIDO MARCELO!
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Jueves 17 de agosto de 2023
Este miércoles vimos a Marcelo Ebrard, en conferencia de prensa convocada con varios días de antelación, asumiendo una actitud desesperada y colérica frente al dedazo presidencial que viene hacia Claudia Sheinbaum Pardo, para ser la candidata de Morena al cargo hoy ocupado por el macuspano. Hasta un niño de sexto año sabe la ruta de la cada día más cercana decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien definitivamente autorizó la aplicación de toda la fuerza del estado mexicano para cobijar a la ex jefa de Gobierno en la carrera presidencial, desde hace mucho tiempo.
Cualquiera puede comprobar que desde octubre-noviembre de 2022, Claudia Sheinbaum ha utilizado grandes cantidades de recursos públicos para hacerse de la ansiada candidatura. La perorata lanzada ayer por Marcelo Ebrard confirma su desaliento y frustración ante la verdad. López Obrador lo engaño, a él y a otros connotados cuadros morenistas, con la verdad. Y debido a ello la señora Sheinbaum continúa haciendo mítines con miles y miles de acarreados, amén de que observa complaciente la gigantesca ola propagandística a su favor, desplegada nada más y nada menos que por 22 gobernadores afines al presidente y a la dirigencia nacional de Morena. Es la cargada a la usanza del viejo PRI. Nomás que ahora, AMLO busca maquillar el dedazo con la mentada encuesta, esa que ayer descalificó Marcelo Ebrard, a quien vale la pena preguntar: ¿Si ya sabes cómo es Andrés, para qué aceptaste participar en la broma?
Quiero recordar mi columna del 7 de noviembre de 2022, para que comprendamos todavía más la jugada de López Obrador.
El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha repetido hasta el fastidio que, para la elección del candidato o la candidata del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) al cargo hoy ocupado por él mismo, no habrá dedazo, pues “no somos iguales a los del pasado y las cosas ya cambiaron”.
Al dar a conocer los nombres de quienes, según él, son los “suspirantes” más fuertes y/o idóneos, siempre reitera que el bueno o la buena saldrá de una encuesta, en la cual “el pueblo bueno y sabio” será escuchado y elegirá al abanderado o a la abanderada morenista para contender en los comicios presidenciales a desarrollarse el 2 de junio de 2024.
Así las cosas, Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; Marcelo Ebrard Casaubón, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE); y Adán Augusto López Hernández, máximo responsable de la Secretaría de Gobernación federal (Segob), desde la óptica del presidente, son los más fuertes aspirantes a la ansiada postulación del partido guinda.
Aunque todavía hay quienes agregan el nombre de Ricardo Monreal Ávila, comandante de la bancada morenista en la Cámara de Senadores, se le ven pocas posibilidades, primero, de ser incluido en la mentada encuesta; y segundo, de resultar victorioso en ese ejercicio que, desde el punto de vista de prestigiados comunicadores nacionales, será un montaje más de López Obrador. Aseguran que, a la usanza del viejo Partido Revolucionario Institucional (PRI), el tabasqueño señalará a la mujer o al hombre de su preferencia.
Sin embargo, en las acciones meta legales llevadas a cabo por los tres “suspirantes” predilectos (citados líneas atrás), es Claudia Sheinbaum Pardo la que lleva mano. La dama recorre el país, un día sí y otro también, mediante la utilización de cuantiosos recursos del estado mexicano, buscando posicionarse entre la sociedad mexicana con miras a la realización de la supuesta encuesta. Lo hace como si ya la hubieran postulado. Y detrás de ella, de vez en cuando, aparece Marcelo Ebrard, seguido por la gira nacional que ejecuta Adán Augusto López Hernández dizque para conseguir en los congresos locales la aprobación de la reforma constitucional en materia de la militarización de la Guardia Nacional y a favor de mantener la presencia de soldados y marinos en las calles hasta 2028.
¿Y con respecto a Ricardo Monreal Ávila, uno de los cuadros “más distinguidos” de Morena, “compañero de López Obrador” en muchas lides políticas? No hay nada, absolutamente nada, excepto que su nombre comienza a ser manejado como posible candidato de un frente partidista opositor, si es que el senador se arma de valor y renuncia, con enorme dignidad, a Morena. Solo mediante la unificación de todos los partidos de enfrente y una cascada de organizaciones civiles (aún desarticuladas) podría Monreal aspirar a ser el presidente de México. Solo así vencería a Claudia Sheinbaum, quien personifica el proyecto de López Obrador para extender la denominada Cuarta Transformación en el siguiente sexenio y otros años por venir. La jefa de Gobierno, al igual que Adán Augusto López Hernández, han sido fieles cancerberos de AMLO, aunque la dama tiene muchísimo más talento que el titular de la Segob, hoy convertido en un verdadero camorrista y fajador, a la manera de Julio César Chávez. Es el “doberman” del gabinete. Empero, la mera neta, ni él, ni la Sheinbaum poseen el perfil de estadista que nadie le discute a Marcelo Ebrard.
Infortunadamente para el Canciller, no será el candidato, a pesar de que AMLO lo cataloga como “su hermano”. No le ganará a Claudia en “la encuesta” que, insisto, en realidad será el dedazo disfrazado de López Obrador. Esta certeza surge del amplio conocimiento sobre el político tabasqueño, existente en todas las hemerotecas del país. La conclusión es que no se trata del mejor ejemplo de congruencia entre el pensar, el decir y el hacer. Al contrario: es el prototipo del político mentiroso, traidor y corrupto.
Y como Claudia Sheinbaum ya recorre el país casi con la investidura de candidata presidencial de Morena, gobernadores, senadores, diputados federales, legisladores locales y presidentes municipales en por lo menos 22 estados, forman parte de la prematura “cargada”, repito, tal como lo hizo durante décadas el Partido Revolucionario Institucional. Por eso infinidad de políticos morelenses ya se le sumaron a la jefa de Gobierno.
CONCLUSIÓN. La posición asumida ayer por Marcelo Ebrard revela la decepción y frustración anticipada. Si ya conocía el respaldo de AMLO hacia Claudia, ¿para qué aceptó participar en esta simulación de proceso electivo? Si estaba súper informado respecto a los actos anticipados de campaña de la dama, con despilfarro de recursos públicos, ¿por qué se inscribió en la contienda, a sabiendas de que había dados cargados? ¿Por qué esperarse hasta ahora para denunciar lo que denunció? Si Marcelo tuviera dignidad, renunciaría ahora a extender tan grotesco montaje y esperar a que la historia coloque a cada quien en su lugar, a quienes han quebrantado la legislación electoral y engañado a los mexicanos con más de lo mismo.