ESPECULACIONES INJUSTAS EN TORNO A JUAN SALGADO BRITO, SECRETARIO DE GOBIERNO DE MORELOS

CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 22 de octubre de 2025
En el ajetreo político de Morelos, la ausencia temporal del secretario de Gobierno, Juan Salgado Brito, por motivos de salud ha desatado rumores que rayan en lo irresponsable. Medios locales y nacionales, siempre ávidos de drama, ya lo dan por fuera del gabinete de la gobernadora Margarita González Saravia, tejiendo narrativas de relevos inminentes que parecen más alimentadas por la especulación que por hechos concretos.
Esta vorágine informativa no solo ignora el delicado equilibrio entre la vida pública y la privada, sino que transforma una licencia médica en un escándalo prefabricado, recordándonos cómo la política mexicana a menudo devora a sus propios actores con saña innecesaria.
Conozco a Juan Salgado Brito desde mis años mozos, cuando su amistad con mi hermano Víctor —quien lamentablemente nos dejó hace tiempo— forjó lazos que trascendieron lo profesional. Recuerdo aquellas tertulias en las que Juan, con su calidez y su agudeza, se convertía en el alma de las conversaciones, siempre dispuesto a escuchar y a aportar sin buscar reflectores.
Esa humanidad que lo define choca frontalmente con la frialdad de los titulares sensacionalistas que hoy lo pintan como un peón descartable. No es solo un funcionario; es un hombre que ha dedicado décadas al servicio público con integridad, y merecería, al menos, el respeto de ser tratado como tal en medio de su recuperación.
Las menciones a posibles relevos, como el alcalde de Cuernavaca, José Luis Urióstegui Salgado, quien ya ha salido a desmentir cualquier interés en el cargo, solo avivan el fuego de la especulación. Urióstegui ha sido claro: no hay invitación formal ni apetito por mudarse de banqueta. Sin embargo, estos dardos mediáticos no solo incomodan a los supuestos candidatos, sino que erosionan la confianza en un gobierno que, en plena consolidación, necesita estabilidad más que chismes.
¿Hasta cuándo permitiremos que medios imprudentes conviertan la salud de un servidor público en combustible para ratings, sin verificar ni empatizar?
Por ahora, lo justo es callar y esperar. Si Juan Salgado decide renunciar por razones de salud, entonces sí abrirá la puerta a las conjeturas legítimas sobre su sucesión. Pero mientras tanto, estas filtraciones prematuras son un abuso que deshumaniza la política y lastima a quienes, como él, han dado lo mejor de sí sin pedir aplausos.
Morelos merece un debate público maduro, no un circo de suposiciones. Ojalá la gobernadora González Saravia y sus aliados eleven la voz para blindar la privacidad de su colaborador, recordándonos que detrás de cada cargo hay una vida que merece decoro.