Este 16 de enero murió en Cuautla el icónico escritor mexicano José Agustín
José Agustín, el icónico escritor mexicano precursor de la literatura de la Onda, movimiento que refrescó y encaminó a lugares distintos las letras de nuestro país, falleció este martes 16 de enero del 2024 en la ciudad de Cuautla, Morelos.
José Agustín escribió algunas de las novelas más únicas de la narrativa mexicana, tales como “La tumba”, “Se está haciendo tarde: Final en la laguna”, “Ciudades Desiertas”, entre muchas otras. José Agustín se apartó del estilo que entonces imperaba en la escena literaria, en la que se mostraba un México rural, revolucionario y anacrónico, estancado en el tiempo.
José Agustín se trasladó a las calles, al libertinaje sexual y a la jerga del barrio, a la exploración de las drogas y la juventud intempestiva que nunca logra encontrar su sitio en el mundo, haciendo uso de un lenguaje descomplicado y de un amor sin límites por la música, que determinó para siempre toda su obra.
José Agustín llevaba meses lidiando con una larga enfermedad que no le concedió tregua. Apenas el pasado 2 de enero, su hijo informó que el escritor había sido visitado por un sacerdote, donde fue untado con óleo sagrado, como preparándose para la inminencia de la muerte. “Con esto mi trabajo aquí se va terminando”, cuentan que dijo José Agustín una vez finalizado el rito. La tarde de este martes la familia informó, formalmente, del fallecimiento del escritor.
“Con profunda tristeza comunicamos el fallecimiento de José Agustín: esposo, padre, hermano, abuelo y escritor devoto de la literatura y la música, así como de sus lectores de cualquier edad. Quien fue un prolífico escritor, autor de novelas, cuentos, obras de teatro y guiones de cine (…) Se fue en paz, rodeado de su amorosa familia”, informaron a través de una publicación en redes sociales.
José Agustín, el lenguaje de las calles de México llevado a la literatura
José Agustín nació el 19 de agosto de 1944 en Acapulco, Guerrero. Su primera novela, “La tumba”, que se publicó en 1964, se logró gracias al apoyo de Juan José Arreola, escritor que impartió un taller de escritura al cual José Agustín asistió. Así llegó a la literatura el movimiento cultural que conmocionaba el país y al resto del mundo con su música psicodélica, minifaldas, muchachas con coronas de flores, abundancia de drogas y exploración sexual, viajes por las carreteras de México, divagaciones metafísicas, incestos, suicidios y abortos, todo en lenguaje crudo y sin miramientos, pero atravesado por la poesía y la música.
Sus últimos años estuvieron marcados por reconocimientos y homenajes numerosos que compensaron las épocas difíciles en las que su valía como autor fue ampliamente cuestionada. No obstante, su vida no volvió a ser la misma después del 2012, cuando en una presentación en Puebla, la euforia de sus fanáticos llevó a que el escritor cayera casi tres metros de un templete, lo que lo mantuvo dos meses en el hospital con el cráneo y un par de costillas rotas. Nunca se repuso del todo.
José Agustín marcó a toda una generación de jóvenes lectores que en sus libros veían reflejada la felicidad efímera, el vacío, de la vida de todos los días tan carente de propósito, tan falta de sentido, y lo que entonces era la realidad mexicana y la juventud que el país entero se negaba a ver.
Fuente: El Informador