Este miércoles el TSJ-Morelos se sumió en una grave crisis de ingobernabilidad, luego de que solo 11 magistrados destituyeran a Jorge Gamboa Olea como presidente
Este miércoles 19 de marzo de 2025, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Morelos se sumió en una crisis de ingobernabilidad sin precedentes. En una sesión del Pleno marcada por la tensión y la controversia, un grupo de 11 magistrados asistentes votó por la destitución de Luis Jorge Gamboa Olea como presidente del organismo, a pesar de que, según algunos señalamientos, una decisión de esta magnitud requiere una mayoría calificada de 15 votos, conforme a los procedimientos establecidos.
La jornada estuvo envuelta en caos desde el inicio. Reportes en redes sociales indican que se intentó boicotear la sesión con una supuesta amenaza de bomba o una falsa alarma sísmica, lo que llevó al desalojo del personal y dejó al edificio sin luz ni internet. A pesar de estas condiciones adversas, los magistrados presentes persistieron y, tras una acalorada discusión, procedieron a votar. Gamboa Olea, quien se encontraba en el pleno, habría cuestionado la validez del quórum y abandonado la sesión, argumentando que no había las condiciones legales para continuar.
Sin embargo, los magistrados restantes no solo ratificaron su destitución, sino que designaron a Juan Gabriel Vargas Téllez como nuevo magistrado presidente.
El divisionismo en el TSJ no es un fenómeno nuevo
Durante su gestión, Gamboa Olea ha enfrentado fuertes críticas y una oposición creciente entre sus pares, quienes lo han acusado de irregularidades y pérdida de legitimidad. Esta destitución marca el clímax de una de las etapas más turbulentas en la historia reciente del tribunal, reflejando profundas fracturas internas.
La crisis escaló aún más con la llegada de agentes de la Fiscalía Anticorrupción, quienes, según información disponible, irrumpieron en las instalaciones para “tomar” las oficinas de la Presidencia y el Salón de Plenos., presuntamente a petición del funcionario judicial “destituido”. Este hecho ha generado especulaciones sobre posibles investigaciones en curso contra Gamboa Olea o miembros del TSJ, aunque no se han precisado los motivos oficiales de esta intervención. La irrupción de los agentes de la FECC sorprendió a propios y extraños, pues llegaron como si fueran a detener a un peligroso jefe del cártel de Sinaloa.
La legalidad de la destitución sigue siendo objeto de debate. Fuentes internas y observadores señalan que, al contar con solo 11 de los 20 magistrados que integran el pleno, la votación no alcanzaría la mayoría calificada de 15 votos requerida para una decisión tan trascendental. Esto podría abrir la puerta a impugnaciones y prolongar la inestabilidad en el Poder Judicial de Morelos.
Por ahora, el TSJ enfrenta un panorama de incertidumbre, con un liderazgo cuestionado y la intervención de autoridades externas, lo que pone en entredicho su capacidad para garantizar una impartición de justicia efectiva en el estado.