Extorsión y cobro de piso: raíces del miedo y claves para combatirlo
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 09 de octubre de 2024
La extorsión y el cobro de piso son delitos que afectan gravemente a la estabilidad económica y social de diversas regiones. Estos actos delictivos, perpetrados principalmente por grupos criminales organizados, generan un clima de temor e incertidumbre que impacta tanto a grandes empresas como a pequeños comerciantes.
Los factores que propician el surgimiento de estas prácticas son complejos y multifacéticos, entre los que destacan la pobreza, la corrupción, la debilidad institucional y la impunidad. Comprender las causas detrás de estos fenómenos es fundamental para diseñar estrategias efectivas que permitan combatirlos y restaurar la seguridad en las comunidades afectadas.
La extorsión y el cobro de piso son fenómenos delictivos que suelen surgir de una combinación de factores sociales, económicos, políticos y culturales.
La pobreza y desigualdad económica es un factor desencadenante. La falta de oportunidades económicas y el desempleo son factores clave. En comunidades donde la población enfrenta dificultades económicas, las personas pueden verse tentadas a unirse a actividades delictivas para obtener ingresos.
También prevalece la corrupción y falta de estado de Derecho. La corrupción en las instituciones gubernamentales y policiales permite que los grupos criminales operen con impunidad. Cuando las autoridades son incapaces o no están dispuestas a actuar contra estos grupos, estos se sienten en libertad de extorsionar a la población.
Otro factor es la impunidad. La falta de castigo o consecuencias legales por delitos relacionados con extorsión y cobro de piso alimenta la percepción de que estas actividades son una forma rentable y de bajo riesgo de obtener dinero.
La debilidad institucional también está presente. En zonas donde las instituciones del Estado, como la policía y el sistema judicial, son débiles o ineficaces, los grupos criminales pueden aprovechar el vacío de poder para establecer sus propias reglas, imponiendo cobro de piso a empresarios, comerciantes y pequeños negocios.
Existe presencia de grupos criminales de manera organizada, muchas veces aliados a autoridades de los tres órdenes de gobierno. Las organizaciones delictivas como carteles de drogas, pandillas o mafias suelen utilizar la extorsión y el cobro de piso como una de sus principales fuentes de ingresos. Estas organizaciones aprovechan su control territorial y su capacidad de intimidación para imponer estos cobros.
Los factores culturales también influyen. En algunas comunidades, la extorsión puede ser vista como una “norma” debido a la presencia prolongada de grupos criminales que han establecido su control. Esta normalización del delito puede llevar a que la población lo vea como inevitable o parte del contexto cotidiano.
La percepción de que las autoridades no pueden o no quieren proteger a las víctimas de extorsión genera miedo en la población. Muchas personas optan por pagar los “derechos de piso” en lugar de denunciar por temor a represalias o a la inacción del Estado.
Los grupos criminales que controlan ciertas áreas o territorios buscan imponer su autoridad a través del cobro de piso como una forma de afirmar su control sobre las actividades económicas locales.
En estados con un sector informal significativo, los pequeños comerciantes y empresarios no suelen estar registrados ni protegidos por las leyes, lo que los hace más vulnerables a la extorsión y menos propensos a denunciarla por miedo a exponerse.
La falta de conocimiento sobre los derechos legales y los mecanismos de protección puede hacer que las víctimas de extorsión no sepan cómo reaccionar o a dónde acudir para recibir ayuda.
El cobro de piso y la extorsión tienen consecuencias devastadoras para la economía local, pues crean un ambiente de miedo e inseguridad que afecta el desarrollo económico y el bienestar social. Combatir estos delitos requiere una estrategia integral que incluya el fortalecimiento de las instituciones, la reducción de la pobreza, y la promoción de una cultura de legalidad y confianza en las autoridades.
Este martes, Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, presentó un modelo dentro de la Estrategia Nacional de Seguridad que aborda delitos de alto impacto, incluyendo la extorsión y el cobro de piso. Harfuch explicó que se desarrollará un programa integral de atención a estos delitos, apoyado en diagnósticos regionales y una mayor coordinación con las fiscalías locales. Este esfuerzo busca prevenir y reducir la incidencia delictiva, fortaleciendo las capacidades de inteligencia e investigación para neutralizar redes criminales en zonas con alta incidencia delictiva, como Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Guerrero, Jalisco y Sinaloa.