Florida ya utilizó el nombre de Golfo de América en lugar de Golfo de México en una alerta de tormenta invernal
El Gobierno de Florida se convirtió en el primer estado de Estados Unidos en utilizar el nombre “Golfo de América” en lugar del Golfo de México.
En una orden ejecutiva relacionada con una tormenta invernal que repercutirá en el sur del país, el gobierno de Ron DeSantis empezó a utilizar el nuevo término.
“Una zona de baja presión que se mueve a través del Golfo de América… traerá un clima invernal impactante al norte de Florida a partir del martes 21 de enero de 2025”.
Durante su juramento como presidente de los Estados Unidos, Donald Trump anunció su intención de cambiar el nombre del Golfo de México a “Golfo de América”, una propuesta que ha generado controversia y debate en Florida y más allá.
Esta declaración no solo ha impactado la percepción local sobre esta importante masa de agua, sino que también ha sido vista como un acto de política exterior con posibles implicaciones diplomáticas. Florida, con su extensa costa en el Golfo, ha sido particularmente sensible a este anuncio, ya que el Golfo de México es vital para la economía del estado, especialmente en términos de turismo, pesca y operaciones de petróleo y gas.
La propuesta de Trump ha sido interpretada por algunos como un intento de afirmar una mayor influencia estadounidense en la región, mientras que para otros, representa una falta de reconocimiento hacia la historia y la identidad cultural de México, cuya costa también bordea este golfo. La comunidad de Florida, acostumbrada a referirse al “Golfo de México” en alertas meteorológicas, mapas y actividades cotidianas, ahora enfrenta la posibilidad de una redefinición en la terminología oficial. Esta situación ha provocado discusiones en medios locales y redes sociales, con algunos residentes de Florida cuestionando la necesidad y la legalidad de tal cambio.
Desde el punto de vista legal y diplomático, cambiar el nombre de un cuerpo de agua como el Golfo de México no es una decisión unilateral que pueda tomarse sin el acuerdo de los países vecinos, México y Cuba, junto con organismos internacionales que rigen los nombres geográficos. Hasta el momento, no se ha evidenciado un consenso internacional sobre este tema. La propuesta de Trump no solo ha puesto en el foco las relaciones entre Estados Unidos y México, sino que también ha abierto un debate sobre la soberanía y el respeto hacia los nombres geográficos establecidos históricamente.