GUATEMALA Y MÉXICO: MIGRACIÓN MÁS ALLÁ DE LAS FRONTERAS
OPINIÓN
Por Carolina Ruiz Rodríguez*
Miércoles 1 se octubre de 2025
En México, gran parte de la política migratoria se define por la relación con nuestro vecino del norte, los Estados Unidos de América. La razón no es menor: de los casi 12.5 millones de migrantes mexicanos en el mundo, se estima que 10.92 millones radican en ese país.
Esta cifra coloca a México como el país con el mayor número de inmigrantes residentes en los Estados Unidos, superando incluso a India y China juntos, de acuerdo con datos del Migration Policy Institute (MPI, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, la situación es muy distinta para otros países, especialmente para aquellos que ven en México no solo un lugar de tránsito, sino también un destino.
Por la vecindad con nuestro país, y a propósito del anuncio de la expansión del Tren Maya y del Tren Interoceánico hacia Guatemala, resulta relevante observar cómo se analizan y registran las cifras migratorias en aquella nación.
El destino natural de la migración guatemalteca ha sido históricamente Estados Unidos, donde residen aproximadamente 1.25 millones de connacionales. No obstante, ante el endurecimiento de las políticas restrictivas en ese país, la situación ha cambiado.
El flujo migratorio entre Guatemala y México siempre ha sido intenso: en un mismo día una persona puede cruzar la frontera varias veces por motivos laborales, familiares o comerciales. Esto convierte a ambos países en espacios de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes.
En la lectura de sus cifras, los analistas migratorios guatemaltecos consideran tanto la salida de connacionales hacia Estados Unidos como hacia México, así como los retornos desde ambos países.
Por ejemplo, según datos del analista Fernando Castro Molina, desde el inicio del segundo periodo de Donald Trump hasta la fecha, han retornado a Guatemala 34 mil 959 migrantes provenientes de Estados Unidos y México, cifra menor a la registrada en 2024.
De ese total, 30 mil 323 fueron deportados desde Estados Unidos: 29 mil 416 adultos, 776 menores acompañados y 131 menores no acompañados. Desde México, en el mismo periodo, retornaron 4 mil 636 guatemaltecos: 4 mil 170 adultos, 139 menores acompañados y 327 menores no acompañados.
Un grave problema que enfrentan los retornados es que regresan en condiciones de pobreza o pobreza extrema. Muchos de ellos, para costear su viaje hacia Estados Unidos, vendieron sus propiedades o las entregaron a prestamistas a precios irrisorios.
Ante esta dura realidad, un número creciente de migrantes guatemaltecos deportados desde Estados Unidos prefieren establecerse cada vez más en México.
De acuerdo con datos oficiales, en 2020 había cerca de 57 mil guatemaltecos residiendo en nuestro país. Para 2025, la cifra se aproxima a los 100 mil, lo que significa que en apenas cinco años prácticamente se duplicó. Cabe señalar que buena parte de esta población se encuentra en situación irregular.
La mayoría de nuestros hermanos guatemaltecos se asientan en el sureste mexicano, principalmente en Chiapas, Campeche y Quintana Roo, donde las condiciones laborales y de integración social suelen ser limitadas.
La migración no es solo un fenómeno de números o estadísticas, sino de personas con historias, sueños y derechos. México y Guatemala comparten lazos históricos y culturales que deben reflejarse también en una política migratoria humana y solidaria. Reconocer esta realidad y atenderla con responsabilidad es una tarea ineludible si queremos construir una región más justa y fraterna.
* Diputada local presidenta de la Comisión de Atención a Personas Migrantes en el H. Congreso del Estado de Morelos.