¿HABRÁ OTRO MAXIMATO?
OPINIÓN
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 10 de junio de 2024
Un interesante artículo de la profesora María Guadalupe Trejo Ruiz, catedrática de la Escuela Preparatoria 3 de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, publicado en el sitio web de esa institución, sintetiza lo que fue el denominado Maximato en la historia política del país.
Más adelante retomaré algunos párrafos para comparar aquel escenario con el actual, cuando en el horizonte postelectoral aparecen señales enviadas por el mismísimo presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, de aspirar a intervenir en la política mexicana, pero de manera más concreta en las decisiones que le corresponderán a la futura presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, durante el periodo 2024-2030.
Aquello de que López Obrador, allende el primero de octubre de la presente anualidad, se jubilará de la política y vivirá en su rancho de Palenque, Chiapas, está pasando al último sitio de los objetivos inmediatos del presidente cuando termine su sexenio. Fiel a su personalidad protagónica, siempre presente y porque su pecho no es bodega, ha dicho que regresará a la política, si “ella me busca y me lo pide, yo atendería el llamado de mi presidenta… también haciendo uso de mi derecho a disentir”.
Durante varios sexenios, los mexicanos nos acostumbramos a ver pocas, casi nulas, apariciones de los ex presidentes en la política, exceptuando a Vicente Fox y Felipe Calderón en tiempos modernos. Ni siquiera Peña Nieto ha reaparecido de manera notable en las redes sociales. Pero con López Obrador no hay nada definido. Infinidad de veces ha mentido y demostrado escasa congruencia entre su pensar, su decir y su actuar. Eso sí: es internacionalmente conocido por su personalidad voluble, egocéntrica, siempre deseosa de ocupar el espacio público. Con él aplica lo de “primero yo, después yo y siempre yo”. Y me parece que el escenario a corto plazo, con Sheinbaum encumbrada en la titularidad del Poder Ejecutivo federal, no será la excepción. López Obrador es un animal político.
Faltará ver cómo opera Claudia para cumplir una probable dualidad: la de jefa de estado, con el inmenso poder que los electores le entregaron el domingo 2 de junio, y la de una persona agradecida profundamente con su mentor, a quien pudiera colocar en un sitio respetable, sin lastimarlo. Sin embargo, lo deseable es que no vaya a ocupar gran parte de su tiempo para mantener apaciguada la ira de Mr. Hyde.
Pasemos entonces a leer la síntesis del Maximato, elaborada por la maestra María Guadalupe Trejo Ruiz, quien indica que “fue un periodo de gobierno y política en la historia de México que comprende de 1928 a 1934, en el que fueron presidentes Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez, la cual culminó en el primer año del gobierno de Lázaro Cárdenas de Río, cuando es expulsado del país en 1936 Plutarco Elías Calles”.
“Dicho periodo se caracterizó por la influencia de Plutarco Elías Calles en el gobierno y a quien se le dio el nombre de ‘Jefe Máximo de la Revolución’; de ahí que se le diera el nombre de Maximato a este periodo”.
“Tras la muerte de Álvaro Obregón, que había ganado las elecciones en 1928, fue asesinado por José León Toral en el mes de junio y de manera provisional asume el poder Emilio Portes Gil, por indicaciones de Plutarco Elías Calles (…) La crisis política es resuelta hábilmente por Calles, quien tranquiliza a los obregonistas nombrando un presidente provisional para asegurar la endeble concordia de la familia revolucionaria”.
Calles anuncia la creación del Partido Nacional Revolucionario, ideado más que como un partido político, como un mecanismo de aglutinación de los heterodoxos grupos políticos. En su último informe presidencial de 1928, Calles proclama ante la nación que “ha concluido la época de los Caudillos” para dar lugar al de las Instituciones, pero él mismo se convierte en “Jefe Máximo” de la Revolución, manipulando desde atrás del trono las sucesiones presidenciales de portes Gil, Ortiz Rubio y Abelardo Rodríguez. ¿Alguien observa en el horizonte actual de México signos iguales o parecidos?
El impulso revolucionario se atenúa notablemente en el Maximato. El reparto de tierras a los campesinos se da paulatinamente, desaparecen las compañías petroleras y los revolucionarios en el poder se enriquecen rápidamente en las obras de irrigación y construcción de caminos actuando como contratistas de gobierno. ¿Esto les suena conocido, gentiles lectores, aunque repetido con otro de los poderes fácticos de la actualidad?
Nuevas formas de explotación agrícola y ganadera aparecen en el noroeste de la república incorporándose modernas técnicas y cultivos orientados a satisfacer la creciente y más diversificada demanda de alimentos de la ciudad de México y su cada día mayor clase media. En estas tierras concentra recursos la gran familia revolucionaria en forma de presas, canales, nivelación de sueldos electrificación y caminos. ¿Esto también les suena conocido, amables lectores?
El Maximato fue una época dentro de la Historia de México en la que gobernaba Plutarco Elías Calles, quién imponía presidentes para manipularlos a su antojo. A esos personajes se les aplicaba el sobrenombre de “títeres” o “peleles” en las manos del Jefe Máximo. Pero ese periodo terminó en el gobierno de Lázaro Cárdenas del Rio, cuando logró expulsar del país a Plutarco Elías Calles, permitiéndole al Tata Lázaro comenzar realmente su gobierno, lo que se conoce aún como un parteaguas histórico.
Así las cosas, se acercan grandes momentos en la transición política mexicana. Por lo pronto, este lunes comerán AMLO y Claudia en Palacio Nacional. La mera neta, no se esperan cambios dramáticos en la relación de ambos personajes. La presidenta electa lleva en su ADN el gen obradorista, que, en caso de ser necesario, pudiera mutar. Estaremos atentos y después diremos.