En 2017, a sus siete añitos, Habdull Hamath demostró profundo amor y solidaridad a damnificados en el devastado Tlayacapan
En 2017, el 19 de septiembre de ese año y los días subsecuentes, quedaron grabados eternamente en el corazón de Habdull Hamath, quien en ese momento tenía solo 7 añitos.
Cuando el niño se encontraba desde temprana hora en una escuela de Emiliano Zapata, todo Morelos vivió aterrorizado el momento del terremoto. Tiempo después se conocería la devastación en varios municipios de Morelos, por ejemplo en Jojutla, pero Habdull y sus familiares, decidieron acudir a Tlayacapan, tras enterarse que también ahí había daños severos.
El pequeño permaneció alrededor de dos semanas en Tlayacapan. Una semana completa, Habdull no pudo cambiar su vestimenta, la cual era ¡el uniforme del plantel!
Muchos de los voluntarios que también se trasladaron a Tlayacapan a auxiliar a los hermanos en desgracia lo recuerdan ayudando en infinidad de labores. Cuando no auxiliaba dando de comer a heridos u otros niños, servía café y entretenía a más infantes dibujando sobre el papel que, de manera ingeniosa, logró conseguir.
En otros momentos daba de comer a perritos, pero además fue testigo sobre la forma en que trabajadores terminaban de derrumbar viviendas que sufrieron daño estructural por el terremoto.
Hoy en día, con 14 años de edad, Habdull todavía conserva el casco que durante casi 15 días utilizó en sus labores altruista en favor de otros seres humanos, en momentos de gran necesidad. Llevaba una cinta donde se leía: “Prohibido el paso”.
No quisimos este 19 de septiembre de 2024 dejar de recordar el amor demostrado por Habdull allá y entonces, pero sobre todo en los momentos actuales, cuando se requiere rescatar el valor de la solidaridad y el amor.