HUACHICOL FISCAL
CRÓNICA DE MORELOS
22 de julio 2025
Eduardo Ángel Cinta Flores
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La crisis de desabasto de gasolina en México, que alcanzó su punto álgido a finales de 2018 y principios de 2019, evidenció la magnitud del problema del huachicoleo.
En las últimas semanas se ha intensificado el combate contra el huachicol fiscal. Entendemos por huachicol fiscal al contrabando de combustibles bajo una fracción arancelaria distinta para evadir el pago de los impuestos que aplican para gasolinas y diésel. Se ha convertido en uno de los problemas económicos más relevantes que el Gobierno de México intenta resolver en sus fronteras.
La problemática surge como un aborto a partir de una ambiciosa oportunidad de inversión incentivada por el Gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto ante el agotamiento del monopolio Pemex abriendo la importación de combustibles a las empresas privadas, y crear de esa forma un mercado de competencia con la paraestatal.
Lo de siempre ante una actividad que apenas estaba en pañales y cuya nueva legislación energética, la reforma del 2013, tenía grandes vacíos, operadores involucrados en ese mercado rebasaron fácilmente la escasa vigilancia operativa del Estado. Con burdos sistemas de elusión simulan la importación de combustibles como si fueran otros productos, principalmente lubricantes, alcoholes y aditivos, para evitar el pago del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios a gasolinas y diésel.
El contrabando de combustibles de Estados Unidos a México, conocido como “huachicol fiscal”, es una compleja cadena de complicidades favorecida por la impunidad. Es un delito más sofisticado a perforar un ducto y sustraer el hidrocarburo. Para esto se requiere de toda una logística y de la complicidad corrupta en aduanas y autoridades que controlan la seguridad fronteriza y de litorales.
Con el uso de barcos, ferrocarriles, pipas, tanques de almacenamiento y redes de gasolineras se realiza la operación con la complicidad de empresas privadas, empresas fachadas que operan en la formalidad y autoridades, haciendo del huachicol fiscal quizá el negocio ilícito más rentable y menos riesgoso para las organizaciones criminales al gozar del contubernio oficial.
La falta de presupuesto y personal para verificar el mayor número posible de los cargamentos que ingresan por las aduanas, permiten a los contrabandistas utilizar al menos cuatro formas de ingresar el combustible: disfrazarlo con otra fracción arancelaria como lubricantes o alcoholes; declaración de un menor volumen importado; falsificación de documentos y contrabando puro sin registro.
Quienes hemos tenido contacto con departamentos de adquisiciones, tráfico, comercio exterior, Logistics, gestión aduanal, sabemos que el negocio denominado “huachicol fiscal” en su proceso administrativo, representa un reto mayúsculo.
Para vender “huachicol fiscal” primero debe haber un vendedor y un comprador, ambos por demás corruptos, disponibilidad del producto, debe existir e intervenir personal calificado en varias materias para comercializar, exportar e importar de Estados Unidos a México.
Debe haber soportes y contactos financieros y bancarios dispuestos a la transacción, facilidad para la obtención de permisos para adquirir combustibles en Estados Unidos; contar con buenos contactos para la renta de barcos o trenes y pipas para la logística de distribución, así como los financiamientos a empresas que operan con impunidad.
En octubre el periódico REFORMA publicó que la terminal de trasvase de la ferroviaria Canadian Pacific Kansas City Limited, que opera como CPKC, que se ubica en García, y la terminal San Nicolás ambas en Nuevo León eran utilizadas para el contrabando de combustibles. Con el reciente golpe al contrabando de combustibles, el nombre de la ferroviaria fue mencionado como transportador del huachicol fiscal incautado por las autoridades. La empresa se deslindó nuevamente del ilícito y está en disposición de colaborar en el esclarecimiento del mismo.
La afectación económica por el huachicol fiscal asciende a 177.170 millones de pesos, unos 8,700 millones de dólares anuales, de acuerdo con datos del SAT que consideran que el contrabando fiscal equivale al 30% del total de los combustibles vendidos en las gasolineras en México. Si consideramos que un carro tanque de ferrocarril puede portear unos 120,000 litros de combustible a un precio promedio de 20 pesos por litro, estamos hablando de 2,400,000.00 pesos por unidad rodante.
En operativos realizados en Ramos Arizpe y Saltillo, Coahuila, encabezados por SEDENA, Guardia Nacional y la Fiscalía General de la República, en coordinación con autoridades locales de Coahuila, se aseguraron 129 carrotanques con más de 15 millones de litros de diésel, gasolina y destilado de petróleo de procedencia ilícita. Es el aseguramiento de hidrocarburo más grande en la presente administración con un valor estimado en 300 millones de pesos.
En pasados comentarios he cuestionado la razón que ha tenido el gobierno de la Cuarta T en sus dos sexenios para mantener en estado latente a la fracasada empresa paraestatal PEMEX. Con lo expuesto en este comentario, ¿entenderíamos la razón de su obcecado subsidio?
Aquí entre nos: Este domingo en el Consejo Nacional de MORENA, Adán Augusto López Hernández tuvo el espaldarazo MORENISTA con la aclamación de “No estás solo”. Alí Babá tampoco estaba solo.
Amigos como siempre, les dejo un saludo con afecto.