Huitzilac: un paraíso bajo la sombra del crimen
Huitzilac, Morelos, un municipio enclavado en la belleza natural del corredor biológico Chichinautzin, enfrenta desde hace décadas la amenaza constante de tres actividades criminales que socavan su patrimonio y tranquilidad: la tala clandestina, la extracción ilegal de tierra de monte y la venta fraudulenta de predios. Estos delitos, a menudo interconectados, han tejido una red de corrupción que se extiende hasta la representación de Bienes Comunales, donde la expedición de documentos apócrifos facilita el despojo y la impunidad.
La tala clandestina, una práctica histórica en la región, ha devastado extensas áreas boscosas, poniendo en riesgo la biodiversidad y el equilibrio ecológico. Los talamontes, amparados en la impunidad y la falta de vigilancia, operan con maquinaria pesada y redes de distribución que les permiten extraer y comercializar madera de forma ilegal. A esta problemática se suma la extracción ilegal de tierra de monte, que degrada los suelos y propicia la erosión, poniendo en riesgo a las comunidades aledañas. Esta actividad, al igual que la tala clandestina, se nutre de la corrupción y la colusión de autoridades locales, muchas veces solapada y fomentada por representantes del gobierno federal.
La venta fraudulenta de predios comunales y ejidales representa otra grave amenaza para el patrimonio de Huitzilac. Aprovechando la falta de certeza jurídica y la complejidad de los procesos de regularización, grupos delictivos se dedican a falsificar documentos y a engañar a compradores con ofertas atractivas. En esta trama de corrupción, la representación de Bienes Comunales juega un papel crucial, ya que es la encargada de expedir los certificados que acreditan la propiedad de la tierra. La expedición de documentos apócrifos no solo facilita el despojo de tierras, sino que también genera conflictos sociales y violencia. Debido a ello, siempre existe la disputa por los cargos clave en dicha representación.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por combatir estas actividades criminales, la situación en Huitzilac sigue siendo preocupante. La falta de recursos, la corrupción y la complicidad de algunos funcionarios han impedido frenar el avance de la delincuencia.
Es necesario implementar estrategias integrales que aborden las causas estructurales de la problemática, como la pobreza, la marginación y la falta de oportunidades. Asimismo, es fundamental fortalecer las instituciones y garantizar el estado de derecho para que los responsables de estos delitos sean llevados ante la justicia. Solo así se podrá proteger el patrimonio natural y social de Huitzilac y construir un futuro más justo y sustentable para sus habitantes.