INDIGNACIÓN POR ASESINATOS A SANGRE FRÍA
PERSPECTIVA
Por Marcos Pineda Godoy
Miércoles 28 de mayo de 2025
No hay discurso ni informe en materia de prevención del delito que soporte la exhibición de los datos duros que contienen los informes oficiales, si atendemos a la situación del estado de Morelos, en lo general, ni de Cuernavaca, Cuautla, Jiutepec, Huitzilac y Temixco, así como otros municipios, en lo particular.
Tres casos ocurridos el día de ayer, de vaya usted a saber cuántos más, tienen hoy de nuevo a Cuernavaca y Huitzilac como foco de atención a nivel nacional. Dos ataques directos, por un lado, contra un presunto líder criminal y, por otro lado, el que quitó la vida a Luis, el hermano de Mancilla Cueto, asesinado el mes pasado.
El tercero ha despertado la indignación generalizada de la población cuernavaquense: un intento de asalto que terminó con el vil asesinato de Sara Rendón Parra, hija de la destacada y muy apreciada Sara Olivia Parra Téllez, a quien enviamos nuestras más sentidas condolencias.
Más allá de la mezquindad, el oportunismo y la imprecisión de quienes se apresuran a señalar y criticar, con fines políticos o ideológicos, se encuentran las realidades registradas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
De acuerdo con el informe del mes de abril de este año, el más reciente, Morelos, si bien disminuyó en 1.8% su tasa delincuencial, con respecto al mes de marzo, se encuentra en el séptimo lugar de incidencia delictiva, entre todas las entidades federativas, en la comisión del conjunto de delitos enlistados, muy por encima de la media nacional.
Si eso ya es grave y de alerta, ponga atención a lo siguiente: Con respecto a homicidios dolosos, como los de ayer, la entidad está en el décimo lugar en números totales, pero, y eso es lo verdaderamente triste, por cada cien mil habitantes, Morelos tiene el tercer lugar a nivel nacional, sólo por debajo de Colima y Guerrero, así como arriba de Sinaloa, Chihuahua y Guanajuato.
Ante estos datos, de poco sirve y en nada alienta que los jefes policíacos y las autoridades municipales se escuden en que se ha registrado una baja en los indicadores delictivos o que la violencia es producto del enfrentamiento entre grupos del crimen organizado. Lo cierto es que no se ha logrado desarrollar una estrategia efectiva para la prevención de los delitos y los ciudadanos seguimos sintiendo temor hasta de salir a las calles, porque nunca sabemos cuándo ni en dónde nos puede tocar.
Y PARA INICIADOS:
Sara Rendón Parra era una ciudadana trabajadora, preparada y ejemplar. Fue víctima de este modus operandi que hemos visto reproducirse en Cuernavaca, en Morelos y en todo el país. No hay condena, ni disculpa ni promesa que pueda calmar el dolor que sienten sus familiares, seres queridos y amigos. Como muchas más familias, hoy padecen la desgracia de los gobiernos que dejaron crecer la delincuencia, organizada o no. Las redes sociales se han llenado en pocas horas de un compartido y generalizado ¡Ya basta!, ¡Hasta dónde hemos llegado!
La información es PODER!!!