INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 24 de junio de 2024
El desarrollo económico de México, en general, y de Morelos, en particular, no puede concebirse sin la evolución de la industria de la construcción.
Todos los estados del país se encuentran relacionados y lo que afecte al ramo repercute en por lo menos 72 ramas de actividad económica que contiene la Matriz de Insumo Producto (dentro del PIB nacional), destacando entre ellas las industrias básicas de hierro o acero; otros productos de minerales no metálicos; la industria cementera; los aserraderos; las canteras y minas de arena, grava y arcilla; la fabricación y arrendamiento de maquinaria y equipo no eléctrico, y otros productos metálicos e industrias químicas.
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), durante varios lustros, ha elaborado infinidad de estudios sobre la construcción y su trascendencia como actividad clave para el desarrollo del país. Es así como ha procurado explicar la correlación entre la industria y la economía, pero además el impacto negativo de las crisis financieras internacionales en México.
Muchas ocasiones he escrito sobre este importante sector, pues es evidente que Morelos enfrenta graves perjuicios ante la falta de grandes obras de infraestructura y la pésima administración de los escasos recursos disponibles. He documentado, además, los subejercicios de determinadas partidas presupuestales.
Las empresas constructoras han experimentado períodos de bonanza cuando fueron cobijadas por la política económica del momento, como en la etapa de 1940-1976, pero también sufrido los golpes de las crisis de 1982-1988 y 1995- 1996, cuando el país replanteó sus esquemas de crecimiento y experimentó la globalización mundial. Las consecuencias son graves, afectando uno de los derechos inherentes del ser humano: el empleo, pues se trata de una industria que demanda mucha mano de obra.