ISRAEL ANDRADE ZAVALA: EL REVANCHISMO QUE NUNCA SE VA
Todo tiene antecedentes, y en el caso de Israel Andrade Zavala, alcalde eterno de Jonacatepec, los antecedentes son un rosario interminable de deudas impagadas, maquinaria robada, animales exóticos y, sobre todo, una afición crónica por hacerse el Tío Lolo cuando lo pillan en falta. Lo que ocurre hoy en su municipio –el atropellamiento de un menor por una patrulla municipal, la fuga de los policías, la toma del palacio, el árbol navideño incinerado y ahora la denuncia abierta de revanchismo– no es un accidente aislado: es la consecuencia lógica de un estilo de gobernar que siempre ha preferido la provocación a la responsabilidad.
Recordemos lo que ya se sabía hace año y medio: vehículos pesados con números de serie alterados en su constructora (2006), una retroexcavadora rentada y nunca pagada (2015), demandas de empresarios por millones adeudados cuando era diputado panista (2011), y, por supuesto, su pasión por los animales exóticos que lo llevó al cateo de su domicilio por la Profepa y la Guardia Nacional en plena campaña de 2024. Andrade siempre salió ileso, protegido por el manto de la impunidad que le han tejido sus cambios de camiseta: del PAN al Movimiento Ciudadano, al PRD-PSD, y finalmente al Verde Ecologista, ese partido que tanto le gusta presumir como ecologista mientras su “Mirador” –ese zoológico personal disfrazado de atractivo turístico– ha sido escenario de decomisos y desapariciones misteriosas de especies.
Ahora, en diciembre de 2025, el patrón se repite con una crueldad infantil. Una patrulla atropella a un niño y a un adulto en Amacuitlapilco, los policías huyen, y el alcalde –ausente, como siempre cuando hay fuego– responde primero con una transferencia de 20 mil pesos que suena a limosna y luego calificando de “vandalismo” la indignación legítima de un pueblo que prende fuego al árbol de Navidad y toma la presidencia.
Pero no se queda ahí: según el regidor Demetrio Torres Abad, Andrade infla las redes sociales echando culpas ajenas y, casualmente, justo el día de la reunión con autoridades estatales, paraliza la obra de drenaje en esa misma comunidad, retirando herramientas y obreros. ¿Coincidencia? En el mundo de Israel Andrade, las coincidencias siempre benefician al mismo.
Este es el revanchismo puro: castigar a todo un pueblo porque se atrevió a exigir justicia. Suspender obras, provocar más enojo, culpar a los damnificados mientras uno se esconde detrás de la impunidad que lo ha acompañado desde su Hummer y sus excesos estilo Scarface.
Jonacatepec no merece un alcalde que, ante la tragedia, opta por la venganza infantil en lugar de la rendición de cuentas. Los antecedentes lo demuestran: Andrade Zavala nunca cambia, solo cambia de partido y de excusa. Y mientras tanto, el pueblo sigue pagando el precio. Etcétera, etcétera… y ahora con sabor a Navidad quemada.
