JUSTICIA PARA AYLIN: UN RESPIRO PARA LA UAEM Y UN LLAMADO A LA ACCIÓN
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Martes 08 de abril de 2025
La trágica muerte de Aylin Rodríguez, estudiante de quinto semestre de Psicología en la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), conmocionó a la comunidad universitaria y a la sociedad morelense. Sin embargo, la rápida respuesta de la Fiscalía General de Morelos, bajo la dirección de Edgar Maldonado Ceballos, fue un factor clave para tranquilizar los ánimos. La detención, imputación y vinculación a proceso de Uriel, el presunto feminicida, en un tiempo récord tras el hallazgo del cuerpo la madrugada del 4 de abril, demuestra una eficacia que no siempre se ve en casos de esta magnitud. Este desenlace, aunque no borra el dolor de la pérdida, ofrece un respiro a una comunidad que temía que el crimen quedara impune, como tantos otros en el estado.
La presión de la comunidad universitaria, representada por cerca de 20 mil miembros, fue un elemento imposible de ignorar. La rectora de la UAEM, Viridiana Aydeé León Hernández, acudió a la sede de la Fiscalía en Temixco para reunirse con Maldonado Ceballos, dejando claro que la institución no estaba dispuesta a tolerar dilaciones ni omisiones. Este encuentro no solo simbolizó la exigencia de justicia, sino que también puso de manifiesto la capacidad de movilización de la UAEM, que históricamente se agita ante delitos de alto impacto contra sus integrantes. La respuesta contundente de la Fiscalía, al asegurar que Uriel enfrentará un largo periodo en prisión, desactivó lo que pudo haber escalado a un conflicto mayor, con marchas y protestas que habrían puesto en jaque la estabilidad del gobierno estatal.
Edgar Maldonado Ceballos, consciente de las implicaciones políticas y sociales, manejó la investigación con una diligencia que merece reconocimiento. Su compromiso, expresado también en reuniones con la rectora y representantes estudiantiles, no solo respondió a la demanda de justicia por Aylin, sino que evitó un desgaste innecesario para la gobernadora Margarita González Saravia.
En un estado donde la violencia de género ha sido un problema persistente —con más de 30 feminicidios reportados en 2025—, este caso podría haber desatado una crisis de confianza en las instituciones. La celeridad y los resultados concretos de la Fiscalía, en cambio, proyectan una imagen de control y resolución que beneficia tanto a la ciudadanía como al gobierno en turno.
No obstante, el éxito de esta investigación no debe ser un punto final, sino un precedente. La comunidad universitaria, aunque momentáneamente apaciguada, sigue alerta y exige que la justicia para Aylin sea solo el comienzo de un cambio estructural en la atención a la violencia de género. La UAEM, con su peso social y académico, tiene ahora la oportunidad de presionar por políticas preventivas y no solo reactivas. Mientras Uriel enfrenta las consecuencias de sus actos, el legado de Aylin podría inspirar una lucha más amplia para que ninguna estudiante vuelva a ser víctima de la impunidad que, por demasiado tiempo, ha ensombrecido a Morelos.