LA CONDENA DE “EL JABÓN” Y EL ECO DE UN CRIMEN QUE MARCÓ A MÉXICO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 25 de agosto de 2025
José Luis Luquín Delgado, conocido como “El Jabón”, integrante del Cártel del Pacífico del Sur, recibió una condena de 293 años de prisión por su participación en el secuestro y asesinato de siete personas en 2011, entre ellas Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del escritor y activista Javier Sicilia. Este crimen, perpetrado en Jiutepec, Morelos, no solo evidenció la brutalidad del crimen organizado, sino que también desencadenó un movimiento social que buscó visibilizar el dolor de las víctimas de la violencia en México. La sentencia, dictada por un juez federal en Tamaulipas, incluye cargos por secuestro, delincuencia organizada y portación de armas de uso exclusivo del ejército, acompañada de una multa de más de 2.5 millones de pesos.
El 28 de marzo de 2011, las víctimas fueron privadas de su libertad en Jiutepec y asesinadas con extrema violencia. Sus cuerpos, hallados dentro de un vehículo en Temixco, Morelos, mostraban signos de tortura y estaban acompañados de un narcomensaje, una práctica común del crimen organizado para enviar advertencias. Este acto no solo destrozó a las familias de las víctimas, sino que golpeó a la sociedad mexicana, al tratarse de jóvenes sin vínculos aparentes con el narcotráfico. El caso de Juan Francisco Sicilia Ortega, en particular, adquirió relevancia por la figura pública de su padre, Javier Sicilia, quien transformó su luto en una lucha por la justicia y la paz.
La captura de “El Jabón” en mayo de 2011, en Coatzacoalcos, Veracruz, fue un paso crucial en la investigación. Junto a él cayó Julio de Jesús Radilla Hernández, alias “El Negro”, líder del cártel y otro de los responsables del multihomicidio. El proceso judicial, que culminó en la sentencia de 2025, demostró la capacidad del sistema para sancionar a los responsables, aunque la magnitud de la condena —293 años— resulta simbólica, dado que en México nadie cumple más de 60 años en prisión. Este fallo se suma a las sentencias de otros implicados, como “El Negro” (309 años) y “El Conejo” (290 años), reflejo de la gravedad de los delitos cometidos.
El impacto del caso trasciende lo judicial. El asesinato de Juan Francisco Sicilia dio origen al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, liderado por Javier Sicilia, que reunió a miles de víctimas de la violencia en México para exigir un alto a la guerra contra el narcotráfico y sus consecuencias. Las marchas y caravanas organizadas por el movimiento pusieron rostros y nombres a las cifras de muertos y desaparecidos, desafiando la narrativa oficial que a menudo minimizaba el sufrimiento ciudadano. Este crimen, por tanto, no solo marcó a las familias afectadas, sino que reconfiguró el activismo en el país.
La condena de “El Jabón” cierra un capítulo en uno de los casos más emblemáticos de la última década, pero no el dolor de quienes perdieron a sus seres queridos. Aunque las sentencias representan un avance en la lucha contra la impunidad, también son un recordatorio de la persistencia de la violencia en México. El legado de Juan Francisco Sicilia Ortega y las otras víctimas vive en la resistencia de sus familias y en la exigencia de un país donde la justicia no sea solo una sentencia, sino una garantía de no repetición.