LA DIPLOMACIA DEL RESPIRO
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 05 de febrero de 2025
En un espectáculo de diplomacia y política que se desarrolló este martes en Palacio Nacional, la presidenta Claudia Sheinbaum se reunió con empresarios mexicanos para festejar un respiro temporal en la tormenta arancelaria que Donald Trump amenazaba con desatar sobre México. Este aplazamiento de un mes en la aplicación de aranceles fue presentado como un triunfo estratégico, pero no todos en la audiencia se mostraron convencidos. La atmósfera de celebración podría interpretarse como una zalamería excesiva hacia la figura de la presidenta, especialmente considerando que el alivio es solo temporal.
La narrativa oficial se centró en la colaboración entre gobierno y sector privado, resaltando la importancia de esta sinergia para enfrentar los desafíos comerciales que se avecinan. Sheinbaum destacó la unidad nacional y la resiliencia de México frente a las presiones internacionales. Sin embargo, la realidad es que un mes no cambia las dinámicas comerciales de fondo, y muchos observadores cuestionan si este logro merece tal vitoreo. ¿Es suficiente un mes para preparar una defensa económica robusta? ¿O estamos viendo una estrategia de comunicación más que una solución real?
Desde la perspectiva de los empresarios, el aplazamiento podría ser visto como una oportunidad para reestructurar estrategias y fortalecer mercados alternativos, pero también se siente la presión de que este tiempo es limitado. La reunión, por lo tanto, no solo fue un espacio de celebración, sino también de evaluación crítica sobre cómo aprovechar este periodo. La pregunta que flota en el ambiente es si la administración de Sheinbaum tiene un plan concreto más allá de la diplomacia momentánea.
En la era de las redes sociales y la opinión pública instantánea, las reacciones al encuentro fueron variadas. Algunos aplaudieron el esfuerzo diplomático, viendo en él una muestra de la capacidad de México para negociar en un escenario global complejo. Otros, sin embargo, ven con escepticismo este aplauso, sugiriendo que el gobierno podría estar enfocándose más en la imagen que en la sustancia de la política económica. La verdad, como siempre, se encuentra en algún punto intermedio, donde la política y la economía se encuentran en un delicado equilibrio.
Al final del día, lo que queda claro es que un mes de margen no es una victoria definitiva, sino una oportunidad para demostrar la capacidad de adaptación y planificación de México. La verdadera prueba vendrá no solo en cómo se utilice este tiempo, sino en cómo se manejen las negociaciones y las políticas económicas una vez que la amenaza de aranceles se reactive. La diplomacia del respiro puede ser un motivo de celebración, pero también debe ser un recordatorio de que la preparación y la estrategia son imprescindibles para el futuro económico de la nación.