La Empresa: el grupo criminal que opera con apoyo social en Totolapan, Morelos
Totolapan, Morelos, 24 de julio de 2025 – En el corazón de la región oriente de Morelos, el municipio de Totolapan se ha convertido en un escenario donde el grupo criminal conocido como La Empresa opera con aparente respaldo de algunos habitantes. Este fenómeno, que combina extorsión, secuestros y posible narcotráfico bajo una compleja relación con la comunidad, refleja las carencias del Estado mexicano en proveer desarrollo y seguridad. A continuación, LA CRÓNICA DE MORELOS explora las actividades de este grupo, los operativos en su contra y las razones detrás del apoyo social que reciben en un contexto de marginación y desconfianza institucional.
La Empresa es una célula delictiva que emergió tras la captura de “El Niño de Oro”, un líder ligado al Cártel del Pacífico. Actualmente, el grupo estaría encabezado por “La Cachucha”, con “El Apá” como segundo al mando, según informes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) de Morelos. Las autoridades han rastreado sus actividades desde hace meses, identificándolos como una amenaza en municipios como Totolapan, Cuautla y Yecapixtla.
El grupo se dedica principalmente a la extorsión de rutas de transporte público en la región oriente, afectando a comunidades que dependen de estas vías para su economía. Además, se les vincula con secuestros, privaciones de la libertad y posibles ejecuciones. En agosto de 2024, un operativo en Totolapan aseguró droga, armamento y vehículos de lujo, revelando conexiones con organizaciones como el Cártel de Sinaloa o Gente Nueva. Estas actividades han consolidado su control en zonas donde la presencia estatal es débil.
Operativos y resistencia comunitaria
El 23 de julio, un operativo conjunto entre la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Fiscalía de Morelos ejecutó seis órdenes de cateo en Totolapan, asegurando tres vehículos de lujo, dos de ellos blindados. Sin embargo, la intervención enfrentó resistencia: pobladores, presuntamente bajo amenazas de un sujeto apodado “El Charlie”, bloquearon accesos y quemaron un vehículo, gritando consignas como “Los manda a saludar El Apá”. Solo una persona fue detenida, y las autoridades evitaron un enfrentamiento mayor, dejando dos unidades en el lugar.
El respaldo de algunos habitantes a La Empresa no es un fenómeno aislado. Totolapan, con una población de 12,750 personas y una economía agrícola, enfrenta condiciones de pobreza y bajos niveles educativos (40.5% con secundaria como máximo). La falta de empleo formal y servicios básicos crea un terreno fértil para que grupos criminales ofrezcan “protección” o ingresos a cambio de lealtad. Sin embargo, la resistencia durante el operativo sugiere que el apoyo también puede ser producto de coacción, con amenazas que obligan a los pobladores a actuar en defensa del grupo.
La desconfianza hacia las autoridades agrava la situación. A pesar de iniciativas como el Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal (Coplademun) o apoyos económicos para productores, la percepción de corrupción e ineficacia persiste. En este contexto, La Empresa llena vacíos que el Estado no ha atendido, replicando patrones vistos en otros municipios como San Miguel Totolapan, Guerrero, con grupos como Los Tequileros.
El caso de La Empresa en Totolapan evidencia un problema estructural: la incapacidad del Estado mexicano para garantizar desarrollo y seguridad en comunidades marginadas. La inversión en programas sociales y educativos es insuficiente, y la presencia de al menos 14 grupos criminales en Morelos refleja un entorno de fragmentación delictiva. Mientras persistan estas condiciones, los grupos como La Empresa seguirán encontrando espacios para operar, ya sea por necesidad o por intimidación.
La Empresa no es solo un grupo criminal; es un síntoma de las carencias de un sistema que ha fallado en brindar oportunidades a sus ciudadanos. Los operativos del 23 de julio de 2025 muestran la complejidad de combatir a estos grupos cuando cuentan con apoyo social, voluntario o forzado. Para revertir esta dinámica, el Estado debe apostar por una presencia integral que combine seguridad con desarrollo económico y social, reconstruyendo la confianza perdida. De lo contrario, Totolapan y otros municipios seguirán atrapados en una relación ambivalente con el crimen organizado.