LA IMPUNIDAD EN MORELOS
CINTARAZOS
Por Guillermo Cinta Flores
Miércoles 23 de octubre de 2024
La impunidad es considerada una de las principales causas de la incidencia delictiva en Morelos y en muchas otras partes de México. La percepción generalizada de que los delitos no son castigados, o que los responsables pueden evadir la justicia, crea un entorno donde los criminales se sienten alentados a continuar con actividades ilícitas. Esta falta de consecuencias genera una espiral de violencia.
En Morelos, factores como la corrupción en el sistema judicial y de procuración de justicia, la falta de recursos para la investigación de delitos y la complejidad del crimen organizado, han exacerbado la percepción social del “no pasa nada”. Esto se junta con la sensación de indefensión. Los ciudadanos a menudo reportan desconfianza en las instituciones encargadas de impartir justicia, lo que contribuye a la percepción de que no se están tomando las acciones necesarias para frenar la delincuencia.
La impunidad también tiene un efecto directo en la reincidencia delictiva, ya que quienes han cometido delitos y no han sido sancionados suelen reincidir, lo que agrava los niveles de inseguridad. Por otro lado, la falta de confianza en el sistema de procuración de justicia y en los jueces penales puede llevar a que menos personas denuncien los crímenes, lo que dificulta aún más la aplicación de la ley.
En México, se estima que un alto porcentaje de delitos queda impune. Según datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, un 93.2por ciento de los delitos no son denunciados o no se inicia una investigación.
En el contexto de la alta impunidad en Morelos, los criminales probablemente tienen alta la certeza de que sus delitos no recibirán sanciones. Conscientes de que la mayoría de las víctimas no denunciarán los crímenes, los delincuentes tienen la percepción de que sus acciones pasarán desapercibidas o no serán perseguidas legalmente. Paralelamente, persiste el conflicto entre el Poder Ejecutivo y la Fiscalía General del Estado de Morelos, lo cual indudablemente provoca vacíos de poder y descoordinación, de lo cual se percatan las células delincuenciales y repiten el ciclo de la violencia de manera impune.