LA INMUNIDAD DE LOS POLÍTICOS MEXICANOS ANTE LA CRÍTICA MEDIÁTICA: ¿REALIDAD O ESTRATEGIA?
ANÁLISIS
Por Guillermo Cinta Flores
Lunes 14 de octubre de 2024
En la actualidad, la crítica mediática hacia los políticos en México ha adoptado nuevas formas y enfrentado cambios significativos.
La polarización de los medios, el uso de redes sociales como canales de comunicación directa y la creciente desconfianza del público hacia los medios tradicionales han generado un escenario donde algunos políticos parecen ser inmunes a las críticas.
Sin embargo, ¿realmente están fuera del alcance del escrutinio público o es una estrategia cuidadosamente construida para desviar la atención? En este análisis, exploramos cómo estos factores han transformado la interacción entre políticos y medios, y evaluamos si esta “inmunidad” es efectiva o temporal.
En este contexto, surge una pregunta importante: ¿los políticos mexicanos se han “inmunizado” frente a la crítica de los medios de comunicación? La respuesta es matizada, pues, aunque algunos políticos parecen haberse vuelto más resistentes a la crítica mediática, el fenómeno es complejo y no afecta a todos de la misma manera.
Uno de los factores que ha influido en la relación entre políticos y medios en México es la creciente polarización de los medios de comunicación. Tradicionalmente, los medios jugaban un papel de contrapoder frente a las élites políticas, sirviendo como plataformas para la rendición de cuentas y la crítica pública. Sin embargo, con el paso del tiempo, varios medios han adoptado posturas claras a favor o en contra de ciertos partidos políticos.
Esto ha permitido que algunos políticos desestimen las críticas que provienen de medios contrarios, argumentando que son parte de ataques partidistas o campañas de desprestigio. En lugar de abordar las críticas de frente, muchas veces las desacreditan como parte de una estrategia política, restando importancia a su contenido y reduciendo el impacto en su reputación. En este sentido, políticos de diversos partidos se han “inmunizado” en cierta medida a la crítica, dependiendo de la percepción que tengan del medio que las emiten.
El auge de las redes sociales ha cambiado radicalmente la dinámica de comunicación política. Plataformas como Twitter, Facebook y YouTube han permitido a los políticos saltarse a los medios tradicionales y comunicarse directamente con sus bases de apoyo. Este fenómeno fue especialmente notorio en figuras como Andrés Manuel López Obrador, quien utilizó las conferencias matutinas y redes sociales para controlar la narrativa de su gobierno y disminuir a sus adversarios. La actual presidenta Claudia Sheinbaum va por el mismo camino.
Al hablar directamente a sus seguidores, los políticos pueden evitar los filtros de los medios, que tradicionalmente estructuraban y analizaban los mensajes políticos. Esta estrategia de comunicación directa no solo permite a los políticos evitar las críticas inmediatas, sino que también les da la capacidad de enmarcar las críticas como ataques injustos o parte de una guerra mediática, lo que refuerza la idea de que están siendo acosados por los medios.
Otro elemento que ha permitido a algunos políticos minimizar los efectos de la crítica mediática es la creciente desconfianza en los medios de comunicación tradicionales. A lo largo de los años, muchos mexicanos han llegado a percibir a ciertos medios como instrumentos de los grandes grupos empresariales o élites políticas, lo que erosiona su credibilidad. Esta percepción ha sido aprovechada por algunos políticos para argumentar que las críticas que reciben no son objetivas, sino motivadas por intereses privados o agendas ocultas. Lamentablemente, la polarización social que esto genera ha propiciado agresiones directas hacia comunicadores por parte de ciudadanos envalentonados, cuando se los topan en determinado sitio o acuden a efectuar la cobertura de la noticia en el lugar de los hechos.
La estrategia es simple pero efectiva: descalificar al medio que emite la crítica para debilitar la confianza de la audiencia en el contenido del mensaje. En un contexto de creciente desconfianza hacia los medios, los políticos han encontrado en este recurso una poderosa herramienta para blindarse frente a los ataques mediáticos.
FATIGA POR LA SOBREEXPOSICIÓN A LA CRÍTICA
La constante y repetida crítica también puede llevar a lo que algunos denominan “fatiga mediática”. En un entorno en el que los medios critican de manera constante y casi diaria a los políticos, algunos ciudadanos pueden volverse insensibles a los ataques. La repetición de mensajes críticos puede diluir su impacto, especialmente si no se acompañan de acciones claras o consecuencias tangibles.
Además, la crítica constante puede volverse ruido de fondo si no viene acompañada de un escándalo mayor o de pruebas concretas que cambian la percepción pública de manera inmediata. En este sentido, algunos políticos pueden volverse “inmunes” a la crítica, no porque las acusaciones sean menos graves, sino porque la audiencia se ha acostumbrado a un flujo constante de información negativa que pierde efectividad.
Sin embargo, aunque algunos políticos parecen haberse vuelto más resistentes a las críticas de los medios, no todos están completamente ciegos. La crítica mediática todavía puede tener un impacto significativo cuando proviene de fuentes altamente creíbles o cuando se trata de revelaciones contundentes. Escándalos de corrupción, malos manejos de fondos públicos o fallas graves en la gestión gubernamental pueden ser devastadores para la carrera de un político, independientemente de sus intentos por descalificar a los medios.
Finalmente, más allá de la crítica de los medios, el juicio de la opinión pública es el factor decisivo. La capacidad de los políticos para resistir la crítica depende en gran medida de su conexión con su base de apoyo y de su habilidad para mantener la confianza de sus partidarios. Si bien los medios de comunicación juegan un papel importante en el modelado de la opinión pública, son los ciudadanos quienes finalmente determinan si una crítica es justificada y si tiene impacto.
En un entorno donde los políticos aprendieron a manejar la crítica mediática de manera más efectiva, la ciudadanía tiene un papel cada vez más crucial como agente de cambio. La capacidad de la población para discernir entre la crítica válida y las campañas de desprestigio, así como para exigir rendición de cuentas, es clave para romper cualquier “inmunidad” que los políticos puedan haber desarrollado ante los medios.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
Aunque algunos políticos mexicanos parecen haber desarrollado una resistencia o “inmunidad” ante la crítica mediática, esto no es un fenómeno absoluto ni homogéneo. La polarización de los medios, el uso de redes sociales y la desconfianza en los medios tradicionales han permitido a ciertos políticos desviar o minimizar la crítica. Sin embargo, el impacto de los medios sigue siendo significativo, especialmente cuando se presentan pruebas contundentes o cuando los ciudadanos exigen una mayor rendición de cuentas. La relación entre los políticos y los medios continúa evolucionando, y el papel de la ciudadanía será crucial para mantener viva la crítica efectiva y el contrapeso democrático que los medios pueden representar.