LA PALABRA DEL GOBERNANTE EN LA ERA DIGITAL: ENTRE LA INMEDIATEZ Y LA VOLATILIDAD
AGENDA DIARIA
Por Regina M. Cinta Becerril
Jueves 23 de enero de 2025
Las nuevas tecnologías han democratizado la información y abierto canales de comunicación directa entre gobernantes y gobernados, sin intermediarios. Plataformas como Twitter, Facebook o Instagram permiten a los líderes políticos difundir sus mensajes sin filtro, llegando a millones de personas en tiempo real. Esto ha potenciado el alcance de la “palabra del gobernante”, permitiendo una conexión más cercana con la ciudadanía y la posibilidad de construir una imagen pública más auténtica y cercana.
Sin embargo, esta inmediatez también tiene sus riesgos.
En la era de las redes sociales, la información se viraliza rápidamente y cualquier error, contradicción o declaración desafortunada puede ser amplificada exponencialmente, generando crisis de comunicación y dañando la credibilidad del gobernante. La “palabra del gobernante”, antes cuidadosamente elaborada y difundida a través de canales controlados, ahora está expuesta a la volatilidad de la opinión pública en línea, donde la crítica y el escrutinio son constantes.
Las nuevas tecnologías también han transformado la forma en que se ejerce el poder. La posibilidad de monitorear las redes sociales permite a los gobiernos identificar tendencias, predecir reacciones y adaptar sus discursos a las demandas de la opinión pública. Esto puede ser positivo si se utiliza para mejorar la gestión pública y responder a las necesidades de la ciudadanía. Sin embargo, también existe el riesgo de que se utilice para manipular la opinión pública, censurar voces disidentes y construir una realidad virtual ajena a los problemas reales.
En definitiva, las nuevas tecnologías han revolucionado la comunicación política y han redefinido el poder de la “palabra del gobernante”. Si bien ofrecen oportunidades para la transparencia, la participación ciudadana y la rendición de cuentas, también plantean desafíos en términos de credibilidad, desinformación y manipulación. En este nuevo escenario, la “palabra del gobernante” debe ser más que nunca sinónimo de verdad, responsabilidad y compromiso con el bienestar de la ciudadanía.